Ecumenismo: escuchar sin condenar, el camino hacia la unidad entre católicos y ortodoxos

  • 30 de noviembre, 2024
  • Estambul (Turquía) (AICA)
En un mensaje pronunciado por el cardenal Koch y dirigido al patriarca Bartolomé I con motivo de la fiesta de San Andrés, Francisco señala las divisiones aún presentes entre las dos confesiones.

El Papa Francisco instó a católicos y ortodoxos a esfuerzos comunes y a la oración, para "aceptar el don divino de la unidad", renovando el deseo de celebrar conjuntamente el inminente 1700° aniversario del primer concilio ecuménico de Nicea.

En su mensaje al patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I con motivo de la fiesta de San Andrés, el pontífice animó a "escuchar sin condena", como principal camino hacia la armonía entre católicos y ortodoxos.

El horizonte de una "comunión plena", que aún no se ha materializado debido a las "divisiones milenarias", se convierte en un estímulo a la oración y al trabajo común, para prepararse a "aceptar el don divino de la unidad". Un vínculo que el Papa espera que se materialice en la celebración conjunta del primer concilio ecuménico de Nicea, "testimonio de la creciente comunión que ya existe entre todos los que están bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

El intercambio de delegaciones católicas y ortodoxas
El mensaje fue entregado al patriarca ecuménico por el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, al final de la Divina Liturgia que se celebró en la iglesia patriarcal de San Jorge al Phanar en Estambul, Turquía. 

La presencia allí de una delegación de la Santa Sede -entre ellos los demás superiores del Dicasterio, el secretario, monseñor Flavio Pace, y el subsecretario, monseñor Andrea Palmieri, junto con el nuncio apostólico en Turquía, monseñor Marek Solczynski- se enmarca en el tradicional intercambio de testimonios entre las delegaciones católicas y ortodoxas con motivo de las respectivas fiestas de los santos patrones (los apóstololes san Pedro y san Andrés). 

El diálogo "fructífero" en el movimiento ecuménico
El Santo Padre recuerda el reciente sexagésimo aniversario de la promulgación del decreto Unitatis redintegratio, con el que la Iglesia católica entró oficialmente en "el movimiento ecuménico". Un "camino de diálogo" particularmente "fructífero" con los ortodoxos, en el signo de una "fraternidad renovada" que hoy se vive "con especial intensidad".

Las "divisiones milenarias" deben superarse en "plena comunión"
Sin embargo, Francisco señala que "la plena comunión entre todos los cristianos" deseada por el documento aún no se ha hecho realidad.

"Esto no es sorprendente", subraya el Papa, "ya que divisiones milenarias no pueden superarse en unas pocas décadas". La armonía plena no puede ignorar su "dimensión escatológica, innegable en la medida en que el camino hacia la unidad coincide con el de la salvación ya dada en Jesucristo, de la que la Iglesia participará plenamente sólo al final de los tiempos".

Oración y esfuerzos comunes por la unidad
Por tanto, según Francisco, no se debe perder de vista el "objetivo último" de la comunión entre cristianos y ortodoxos, así como la "confianza" en su unidad, que se debe alcanzar "a lo largo de la historia y en tiempos razonables". 

"Católicos y ortodoxos nunca deben dejar de orar y trabajar juntos para prepararse a aceptar el don divino de la unidad".

El compromiso de la Iglesia católica en esa dirección ha recibido un nuevo impulso desde el último Sínodo, escribe el Papa. "Escuchar sin condenar" es el modelo adoptado por la Asamblea de los Obispos. Un ejemplo que, "en un mundo desgarrado por la oposición y la polarización", Francisco espera que pueda reproducirse también en el diálogo entre las diferentes confesiones cristianas. En el contexto del Sínodo, el pontífice recuerda también la contribución del metropolitano Job de Pisidia, delegado del patriarca ecuménico de Constantinopla.

La unidad de los cristianos, signo de paz en tiempos de guerra
El próximo aniversario del primer Concilio Ecuménico de Nicea, afirma el pontífice, "fortalecerá los vínculos existentes y animará a todas las Iglesias a dar un testimonio renovado en el mundo de hoy". La "hermandad" entre las diferentes confesiones será un ejemplo para un mundo "afligido por la guerra y la violencia". 

En ese sentido, Francisco concluye renovando el llamamiento "para que haya paz en Ucrania, Palestina, Israel y el Líbano, así como en todas aquellas regiones donde se libra lo que a menudo he definido como una guerra mundial fragmentada".+