Mons. Taussig: 'El padre Etcheverry Boneo tuvo una decidida convicción de ser santo'
- 19 de noviembre, 2024
- Buenos Aires (AICA)
El obispo emérito de San Rafael instó a "valorar ese llamado a la santidad que todos recibimos como regalo en la pila bautismal" al presidir la misa en el aniversario del Bautismo de ese sacerdote.
En ocasión de un nuevo aniversario del Bautismo del siervo de Dios Luis María Etcheverry Boneo, el obispo emérito de San Rafael, monseñor Eduardo Taussig, presidió el pasado 15 de noviembre una misa en el baptisterio de la parroquia Nuestra Señora de Monserrat, la cual fue concelebrada por el párroco, presbítero Martín Panatti y el presbítero Francisco Morad.
"Para los hijos espirituales del padre Luis María, que hoy nos hemos congregado aquí, es un honor y una gracia poder celebrar una misa en el lugar que fue fuente de tantas gracias para él y para su familia; y poder hacerlo con la comunidad que cotidianamente celebra la Eucaristía y los demás misterios cristianos, en este lugar, fuente acendrada de tanta gracia de Dios", expresó monseñor Taussig en su homilía.
Citando a la principal biógrafa del siervo de Dios, la servidora Ana Ofelia Fernández, el prelado rememoró lo acontecido 107 años atrás, cuando el padre Etcheverry Boneo nació a la vida cristiana. Y añadió: "En este mismo templo tan ligado a su linaje, luego de veintisiete años y cinco días de haber sido bautizado, el 20 de noviembre de 1944, celebraría su primera misa solemne en Buenos Aires para sus familiares y amigos, y, finalmente, recibiría nueve días después, el 29 de noviembre de ese mismo año, su primer destino ministerial como Teniente Cura de la -para él y para su familia- tan querida parroquia Nuestra Señora de Monserrat".
A continuación, el prelado se preguntó "si esta celebración es importante solo por un motivo histórico o conmemorativo". "La respuesta es clara: es importante también, y principalmente, por lo que el Bautismo significa teológicamente en la vida y en el camino de santidad de todo cristiano y, en particular, de un siervo de Dios al que esperamos ver algún día en los altares", planteó.
"En el Bautismo comienza, sin mérito alguno de nuestra parte, el maravilloso camino a la santidad, a la plenitud de la vida cristiana. La respuesta del hombre, de cada uno, con su esfuerzo y sus talentos, con sus debilidades y miserias, es siempre eso: respuesta a un don, a un inmerecido regalo", consideró.
En ese sentido, sostuvo: "Con este fundamento, podemos decir que, hoy y aquí, celebramos el lugar y el momento donde comenzó ese camino el padre Luis María Etcheverry Boneo", sobre quien añadió: "Desde joven tuvo una decidida convicción y un firme ideal de ser santo, de responder plenamente al don recibido en su Bautismo".
Seguidamente, el obispo emérito recordó algunos momentos significativos de la vida de Etcheverry Boneo, plasmados en su diario espiritual, que permitirían palpar la sinceridad y la nobleza de sus propósitos.
Y concluyó: "Por último, así como el padre Luis María encomendaba tan tierna y sentidamente su camino de santidad a la Santísima Virgen, y seguramente lo habrá hecho muchas veces ante la bellísima imagen patronal de Nuestra Señora de Monserrat, encomendemos también a Ella su proceso de beatificación y nuestro propio camino de santidad".+