El Papa agradece al Celam por ayudar a las personas a sanar tras un aborto

  • 30 de octubre, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Gracias por su servicio a aquellos cuyo sufrimiento es indescriptible. El mal no tiene la última palabra", dijo Francisco al equipo del Proyecto Esperanza, al que recibió en el Vaticano.

El Papa Francisco recibió hoy, miércoles 30 de octubre, al equipo del programa pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), que desde hace 25 años acompaña a hombres y mujeres que han perdido a un hijo, especialmente a causa de un aborto inducido: "Gracias por su servicio a las personas cuyo sufrimiento es indescriptible. El mal no tiene la última palabra".

El Proyecto Esperanza ayuda a reconocer -junto con las consecuencias postaborto- la mirada misericordiosa de Dios sobre su vida. 

La pedagogía del Evangelio
"La llegada de cada recién nacido -afirmó el pontífice en su discurso- suele ser sinónimo de una alegría que nos invade de manera misteriosa y que renueva la esperanza. Es como si percibiéramos, sin poder explicarlo, que cada niño es un anuncio del nacimiento de Belén". 

Dios mismo, "en la pedagogía de su Evangelio", el de Mateo, subraya el Papa, "quiso hacernos partícipes de un dolor que, siendo la antítesis de esta alegría, nos sacude hasta lo más profundo: "Se escucha un grito en Ramá, gemidos y un llanto amargo: Raquel, que llora a sus hijos, no quiere ser consolada, pues se ha quedado sin ellos" (Jr 31,15).


Los gemidos de los niños y el llanto de las madres
Este pasaje, según un autor antiguo citado por Santo Tomás, subraya Francisco, hablaba de un "primer gemido" en referencia a los niños, "los santos inocentes", cuyo dolor "cesó con la muerte". Mientras que "el llanto amargo" fue interpretado como "el lamento de las madres "que se renueva siempre con la memoria" (Catena Aurea Mt 2,17-18).

Nunca pierdas la esperanza
"El pasaje de San Mateo -añade el Papa Francisco- continúa con la huida a Egipto, casi como si dijera que un mal tan grande aleja a Jesús de nosotros, le impide entrar en nuestra casa, encontrar un lugar en nuestra posada". Sin embargo, esto no debe llevar a "perder la esperanza", afirmó el Sucesor de Pedro: "El mal no tiene la última palabra, nunca es definitiva. Como el ángel del sueño de San José, Dios nos anuncia que, después de ese desierto, el Señor recuperará la posesión de su casa". 

Como ángeles
Para muchas personas, le dice el Papa al equipo de Proyecto Esperanza, "ustedes son como ese ángel, y realmente se lo agradezco". "Confíen -concluye- en la mano firme de san José, para que estos hermanos nuestros puedan encontrar a Jesús en la desolación. Con Él llegarán al lugar cálido y seguro de Nazaret".+