Misa y reunión de los participantes de la primera Peregrinación a Luján

  • 30 de octubre, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
El obispo emérito de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, presidió la celebración en el santuario de San Cayetano, en Liniers. Hubo mensajes especiales y una oración de consagración a la Virgen.

Al celebrarse el 25 y 26 de octubre el 50º aniversario de la Primera Peregrinación Juvenil a pie a Luján, un grupo de peregrinos de esa primera marcha de fe y oración participaron de una misa concelebrada en el santuario de San Cayetano, en Liniers.

La Eucaristía fue presidida por monseñor Rubén Frassia, obispo emérito de Avellaneda-Lanús, y concelebrada por los presbíteros Ricardo LarkenRubén Soto y otros sacerdotes, junto a un grupo importante de laicos, que quisieron de esta manera agradecer a Dios y a la Virgen de Luján por haber sido llamados a ser pioneros de esa manifestación religiosa.

Durante la homilía, monseñor Frassia destacó: "Hacemos memoria de aquel momento de gracaia en medio de tiempos difíciles. Lo que nos convocó a todos fue la Virgen de Luján, y hoy rezamos por esa feliz idea del padre Rafael Tello, por los peregrinos de todos estos años que ya están en la casa del Padre, por los que salían desde la basílica de San José de Flores, que apoyó de manera incondicional esta peregrinación naciente, y por tantos obispo, sacerdotes, consagradas y laicos que estuvieron desde el primer momento".

"Como peregrinos, sabemos de dónde venimos, sabemos por dónde caminamos y sabemos adónde queremos llegar. Venimos de Dios, caminamos con Él y regresamos a Él. Es la mejor manera de vivir y María, como Madre, nos acompaña siempre", comentó el prelado.

Al término de la ceremonia religiosa, uno de los responsables de la primera Peregrinación, Marcelo Mitchell, leyó un mensaje que envió especialmente, desde el monasterio Benedictino de Los Toldos, el padre Mamerto Menapace, en el cual señaló que, "para los que habíamos pasado los 30 años cuando la Primera Peregrinación, ahora solo nos queda peregrinar unidos a todos ustedes en la oración y el cariño. A mis 83, las piernas ya no me aguantan, y rezo por los que tienen ahora la misión de ayudar y alentar a los peregrinos".

"¡Cuantos recuerdos! Pero sin nostalgia. Simplemente con la alegría de haber sido testigos y partícipes de esta verdadera patriada, junto al viejo Tello y a tantos otros ,que ya nos esperan a la llegada del Luján del cielo. Un abrazo a todos, y los animo a que ¡no dejen que se apaguen las brasas! Con cariño, los acompaño desde mi celda de monje", concluyó.

Por último, una de las encargadas de Contenido de la Primera Peregrinación, Julieta Mermier, leyó una sencilla oración de consagración a la Virgen de Luján, junto con todos los presentes en el santuario, comprometiéndose a seguir trabajando y rezando, como decía el primer lema, por la Argentina.

En la despedida, los asistentes entonaron la emblemática canción de la Peregrinación que, desde la primera edición, dice: "Este es el tiempo de América,/ este es tu tiempo, Señor;/ los jóvenes estamos presentes,/ testigos de tu gran amor".+