Francisco: 'El Documento Final del Sínodo es un don con múltiples dimensiones'
- 26 de octubre, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En su discurso final ante la Asamblea Sinodal, indicó que no emitirá, en este caso, la habitual carta postsinodal y que el Documento sirve de guía para la Iglesia y como símbolo de unidad y de misión.
En su discurso ante la Asamblea Sinodal del sábado 26 por la tarde, el Papa Francisco destacó que el Documento Final, escrito durante la segunda sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad que comenzó el 2 de octubre, revela un camino compartido hacia una "Iglesia sinodal", que encarne el Evangelio no sólo con palabras, sino con cada acto e interacción, y anunció que decidió no escribir la habitual exhortación apostólica postsinodal en esta oportunidad.
Esta XVI Asamblea Ordinaria del Sínodo concluirá oficialmente el domingo 27 de octubre, con la celebración de una misa en la basílica de San Pedro, presidida por el Papa Francisco.
Un regalo con múltiples dimensiones
El Santo Padre describió el Documento como un don con múltiples dimensiones, que sirve tanto de guía para la Iglesia como de símbolo de unidad y misión compartida.
En primer lugar, destacó su confianza en los obispos, subrayando el valor de la presencia de cada obispo a la hora de dar forma al camino sinodal.
"Por mi parte, como Obispo de Roma, al convocar a la Iglesia de Dios en Sínodo, he sido consciente de que los necesito a todos ustedes: obispos y testigos del camino sinodal. ¡Gracias!", exclamó.
Reconociendo su papel de oyente, se recordó a sí mismo -y a cada obispo- que "el Obispo de Roma también necesita ejercitarse en la escucha, para poder responder a la Palabra que cada día le dice: "Confirma a tus hermanos. Apacienta a mis ovejas".
Este acto de escuchar, dijo, es esencial para cultivar la armonía dentro de la Iglesia, una armonía imaginada tanto por san Basilio como por el Concilio Vaticano II.
Preservando la armonía, disipando la rigidez
Francisco subrayó la necesidad de que la Iglesia encarne la armonía delineada en el Concilio Vaticano II, que habla de la Iglesia como "un sacramento". "Ella es signo e instrumento de nuestro Dios expectante, que ya ha preparado la mesa y ahora está esperando", explicó.
La gracia de Dios, afirmó, "susurra palabras de amor en el corazón de cada persona". A la Iglesia le corresponde "amplificar la voz de ese susurro, sin obstaculizarlo; abriendo puertas en lugar de levantar muros".
"No debemos comportarnos como 'dispensadores de gracias' que se apropian del tesoro, atando las manos de nuestro Dios misericordioso", advirtió el Papa, invitando a la apertura y a la humildad.
Y citando un poema de Madeleine Delbrêl, mística de las periferias, que animaba a sus lectores a no ser nunca "rígidos", el Papa leyó algunas líneas suyas, describiéndolas como "una oración" e invitando a la Iglesia a vivir su misión con apertura, alegría y confianza en la misericordia de Dios:
"Porque creo que ya estás harto
de la gente que siempre habla de servirte con mirada de líder,
de salir a tu encuentro con aire de profesor,
de acercarse a ti con reglas deportivas,
de amarte como se ama en un matrimonio antiguo".
Así, al pedir una fe que sea "danza en los brazos de la gracia", el Papa Francisco invitó a la Iglesia a vivir su misión con apertura, alegría y confianza en la misericordia de Dios.
Testigos de paz en un mundo roto
Destacando el papel de la Iglesia como pacificadora en un mundo roto, el Papa dijo también: "En nuestro tiempo marcado por las guerras, debemos ser testigos de paz, aprendiendo también a vivir nuestras diferencias en la convivencia".
Reconociendo las diversas experiencias de los obispos de regiones afectadas por la violencia, la pobreza y el sufrimiento, alentó asimismo a todos a construir activamente la paz a través de la escucha y la reconciliación.
Si bien el Papa anunció que ha decidido no escribir una exhortación apostólica después del Sínodo, afirmó también que el Documento Final del Sínodo estará inmediatamente disponible para todos.
"Hay ya indicaciones muy concretas en el Documento que pueden ser una guía para la misión de las Iglesias, en sus continentes y contextos específicos", explicó, expresando su confianza en que esta experiencia compartida inspire "acciones concretas que sirvan al pueblo de Dios".
Una Iglesia en la que el Espíritu sopla
El Espíritu, recordó a la asamblea, es la fuerza unificadora de la Iglesia a través de todas las culturas, desafíos y esperanzas; y, agradeciendo a la asamblea por su participación, el Papa Francisco alentó a todos los participantes del Sínodo a llevar los dones del Espíritu al mundo como una Iglesia que escucha, ora y actúa con humildad.
"El Espíritu Santo nos llama y nos sostiene en este aprendizaje, que debemos entender como un proceso de conversión", afirmó, añadiendo que el camino sinodal "no es una meta, sino un proceso continuo de conversión".
Para concluir, el Santo Padre citó nuevamente las palabras de Delbrêl: "Hay lugares en los que el Espíritu sopla, pero hay un solo Espíritu que respira en todos los lugares".+