Jóvenes de todo Neuquén misionaron en la capital provincial

  • 15 de octubre, 2024
  • Neuquén (AICA)
Fue durante la celebración de la VI Misión Juvenil Diocesana, cuyo objetivo fue fortalecer la fe y el servicio comunitario, y promover el compromiso social y espiritual de los participantes.

La ciudad de Neuquén fue sede de la VI Misión Juvenil Diocesana, que se realizó del jueves 10 al domingo 13 de octubre y reunió a cientos de jóvenes de distintas parroquias y comunidades de la región, con el lema "Vayan e inviten a todos al banquete".

La misión contó, a lo largo de tres días, con variadas actividades en distintos puntos de la ciudad, como visitas a hogares, asistencia a personas en situación de vulnerabilidad, y la realización de talleres de formación espiritual y de espacios de oración compartida, guiados por representantes de la Fundación Apóstoles de Lourdes de la provincia de Tucumán y el Departamento Nacional de Animación y Pastoral Bíblica (DeNAPBi) de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). 

También hubo momentos de reflexión, con testimonios de los jóvenes participantes, música y juegos, para celebrar cada jornada. El acto de cierre tuvo lugar el domingo al mediodía, en la Isla 132, y contó con la presencia del obispo diocesano, monseñor Fernando Croxatto, quien celebró una misa especial de acción de gracias, acompañado por sacerdotes, diáconos, seminaristas y laicos. 

En la homilía y a la luz de la lectura de la Palabra, el prelado recordó que "Dios no se da todo hasta que nosotros no nos damos del todo a Dios", al tiempo que instó a los jóvenes a que "no bajen la guardia, no apaguen los sueños, no dejen de soñar, no dejen de pensar cosas grandes, porque nacimos para cosas grandes". 

"Cada uno de nosotros, cada uno de ustedes, jóvenes, valen mucho", les dijo, al tiempo que aseguró que "no es lo material o banal lo que otorga ese valor, sino que valen por la sangre de Jesús, por la vida de un Dios que se entregó por nosotros. Ese es nuestro valor y es ahí donde tenemos que poner nuestras fuerzas". 

"Él se entregó por la vida, para que vos tengas vida, para que yo tenga vida. No tiremos la vida en cualquier barro, no la perdamos", exclamó monseñor Croxatto, en referencia a las adicciones y tentaciones a las que se enfrentan los jóvenes en su vida diaria. Además, les pidió que "no olviden que Jesús nos mira con amor ni que, cuando esa mirada atraviesa el corazón, no podemos dejar de mirarlo". 

"Y es esa mirada de amor -dijo- la que proponemos en cada misión juvenil: amar y ponerse en el lugar del otro", expresó, en alusión a las visitas a los hogares, y el acompañamiento a familias y niños. "No tiene la vida otro sentido, si no la damos así, para que otros también tengan vida", agregó. 

El prelado animó a los jóvenes a vivir el "amor y el servicio", en las familias, las comunidades y los colegios a los que pertenecen. 

Finalmente, y en el marco del Día Mundial de las Misiones, llamó a los jóvenes a "responderle a Jesús, a no achicarse y dejar todo aquello que sienten que los detiene", y a agradecer a "todos aquellos que, por su sí, han hecho posible que nosotros pudiésemos encontrar este camino. Gracias a la vida de muchos, estamos nosotros acá".

Al término de la celebración, y ante la expectativa de los jóvenes, se anunció que la VII edición de la Misión Juvenil Diocesana se realizará en la localidad de Rincón de los Sauces. 


La ciudad de Neuquén fue bendecida por los jóvenes
El sábado por la noche, luego de la misa celebrada en la catedral María Auxiliadora, el obispo Croxatto había encabezado la columna de jóvenes que se dirigió hacia el Cristo de la Hermandad, ubicado al final de la avenida Argentina. Desde allí ,animó a los jóvenes a que lo acompañaran a orar, para encomendar y consagrar la ciudad de Neuquén al Inmaculado Corazón de la Virgen María. 

La oración se inició con un especial pedido por la protección y bendición de la vida de cada uno de los habitantes de la ciudad, "sus trabajadores y de quienes transitan las calles neuquinas", confiando en la mirada de la Virgen, "las alegrías y tristezas de la ciudad, los encuentros y desencuentros cotidianos; las luchas por el bien común en tantos frentes vulnerados", que claman por "una vida más digna y equitativa y justa para todos".

"Ayúdanos Madre a vencer todas las desesperaciones, a ser más fuertes que todo lo que parece quitarnos la esperanza", que Neuquén sea "una ciudad que sepa acoger a tantos que llegan a diario en búsqueda de un futuro mejor", y que cada uno de quienes la habitamos "podamos ser constructores de esa amistad social, de esa fraternidad", clamaron todos juntos. 

En otro punto de la plegaria, desearon "que se enciendan las luces en esta ciudad, frente a las tinieblas de la violencia, de la indiferencia, la manipulación y el desprecio de la vida". "Ayúdanos a seguir buscando, entre todos, cómo sostenernos, acompañarnos, hacernos cargos de tantos hermanos heridos y descartados", enfatizaron. 

Pidieron, además, que la Virgen defienda a los jóvenes tentados por la droga y que, por su intercesión, "podamos librarnos de aquellos que han venido a destruir personas, familias, barrios e instituciones, sembrando esclavitud y desolación". 

"Madre María Auxiliadora, que nuestra ciudad de Neuquén, en el próximo Año Santo, le abra las puertas a Cristo, el que era y es el sentido de tu vida. Sólo en Él y con Él, se camina seguro. En Él está la verdad, la libertad, la alegría, la vida verdadera", subrayaron. 

De este modo, encomendaron a la Virgen, "el futuro de la ciudad de Neuquén, sus necesidades y aspiraciones, sus angustias y esperanzas", clamando por que sea su corazón el que "nos guíe a todos, ciudadanos comunes y gobernantes, por el camino del diálogo, el encuentro, el amor y la paz". 

El detalle del cierre lo dieron los jóvenes, quienes, con agua bendita, y guiados por el obispo, bendijeron la ciudad.+