Fiesta de la Merced: Mons. Sánchez llamó a 'ser constructores del Reino'

  • 25 de septiembre, 2024
  • San Miguel de Tucumán (AICA)
La tradicional celebración en honor a la Virgen Generala volvió a reunir a miles de fieles, que se congregaron desde diferentes puntos de la provincia para rendir homenaje a la patrona de Tucumán.

El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, presidió el martes 24 de septiembre las fiestas en honor de Nuestra Señora de la Merced, patrona y abogada de la provincia, con el lema "Con María de la Merced, misioneros del Reino".

La fiesta mariana arquidiocesana y provincial comenzó con el saludo a la Virgen y homenaje de las agrupaciones gauchas tradicionalistas.

Luego se trasladó la imagen de la Virgen de la Merced hasta el colegio de las Hermanas Esclavas, por ser el lugar en donde se desarrolló la Batalla de Tucumán. Allí fue recibido con mucha algarabía y se le ofrendaron oraciones con gestos, rezos, bailes y consagraciones. 

Por la tarde se realizó el acto cívico, militar y religioso en la Plaza Belgrano, en conmemoración del 212° aniversario de la Batalla de Tucumán. Allí monseñor Sánchez y su obispo auxiliar, monseñor Roberto Ferrari, bendijeron los escapularios que recibieron los alumnos de tercer año de la Escuela de Policía de la provincia. Estuvieron presentes el gobernador provincial Osvaldo Jaldo, el vicegobernador, Miguel Acevedo, la intendenta de San Miguel de Tucumán, Rossana Chahla, y formaron parte del gabinete. 

Más tarde tuvo lugar una procesión por las calles Alberdi y 24 de septiembre, que contó con el servicio y alegría de los jóvenes, el cuidado de los cadetes de Policía, la animación del equipo de Liturgia y el fervor del pueblo de Dios que caminó o que se asomó a las ventanas y balcones para saludar a la Virgen de la Merced.

La jornada festiva finalizó con la misa central en Plaza Independencia, presidida por monseñor Sánchez y concelebrada por el cardenal Luis Villalba, arzobispo emérito de Tucumán -quien celebró 64 años de su ordenación sacerdotal-; el obispo auxiliar de Tucumán, monseñor Ferrari; monseñor José María Rossi, obispo emérito de Concepción; monseñor Francisco Polti, obispo emérito de Santiago del Estero; y el resto del clero diocesano.

Al inicio de la celebración, la diócesis de Añatuya obsequió a la arquidiócesis de Tucumán una réplica de la Virgen de Guachana y, en el ofertorio, miembros del Consejo de Pastoral entregaron el documento de síntesis del camino sinodal recorrido hasta el momento.


La Madre de los tucumanos
En su homilía, monseñorSánchez recordó que la Virgen de la Merced "es la tierna Madre de Dios que nos cuida y protege a los tucumanos desde la fundación. Ella es el signo del amor y la misericordia de Dios para su pueblo ella es la madre que nos sigue acompañando en el camino de la vida a los tucumanos, especialmente a los que sufren diversas cautividades".

En referencia al lema, "Con María de la Merced, misioneros del Reino", explicó: "Somos misioneros del Reino cuando predicamos el amor del Padre con gestos y actitudes cotidianas. Cuando proponemos los valores del Evangelio como un estilo de vida y encarnamos las actitudes de Jesús De esta manera presentamos a Dios en nuestra realidad e iluminamos la vida de todo hombre dando un auténtico sentido amando siempre ya todos perdonando, sirviendo, misericordiando.

Modelo de misionera
"María, la madre de Jesús, la primera discípula que escucha a Dios, es asociada a este misterio del Reino y dispone todo de sí para colaborar en la redención de los hombres como misionera", planteó a continuación, y añadió: "La Virgen María nos sirve de modelo para ser también nosotros misioneros del Reino, escuchando a Dios y aceptando su voluntad de amor, saliendo sin demora a compartir la alegría de la Buena Noticia del Reino, escuchando a los hermanos en sus necesidades y angustias y haciendo lo que Jesús nos dice, acercándonos con misericordia a los oprimidos de hoy, a los más pobres, a los privados de libertad, a los adictos, a los más vulnerables".

"No pasemos indiferentes, los socorramos, sirviéndolos con generosa humildad, respondiendo a sus clamores, como lo hizo María de la Merced en 1218, en 1812 y hoy", animó.

Y prosiguió enumerando los ejemplos de María: "Acompañando a los cautivos de hoy y gastando la vida por su libertad y redención, buscando que reine la justicia desde la verdad y el amor, superando los conflictos desde la misericordia y el perdón, fortaleciendo la fraternidad entre todos".


Presentar batalla a la indiferencia
Por eso, instó a recordar las enseñanzas "que nos dejaron los tucumanos de 1812: la fe y confianza en Dios y la Virgen; el amor por la una patria libre; la valentía y la decisión; el poner todo de sí, lo que tenían, sabían y hasta sus propias vidas para presentar batalla en Tucumán?"

Y alentó a disponerse "a presentar batalla al egoísmo, la ambición y la indiferencia; a la violencia, el narcotráfico y los atentados contra la vida en todas sus etapas. Hoy presentamos batalla para que la alegría, la paz, la libertad, la justicia, la dignidad de cada tucumano y el amor fraterno reinen entre nosotros".

A su vez, recordó que con la Misión Mariana Arquidiocesana lanzada el 15 de agosto, la Virgen de la Merced está visitada las comunidades parroquiales, diversas instituciones y familias, para que todos sean misioneros del Reino.

Pedir a la Virgen por más vocaciones
"También, este año, como Iglesia en Tucumán, nos alegramos por los 125 años del Seminario de Tucumán, que ha formado a todos los sacerdotes de Tucumán y de muchas diócesis del Norte argentino. Le pedimos a la Virgen de la Merced, bajo cuyo patronazgo está el Seminario, que interceda por el aumento de las vocaciones sacerdotales, que el Señor siga llamando a muchos jóvenes a seguirlo más de cerca en la vocación sacerdotal", alento.

Por último, monseñor Sánchez puso a la comunidad bajo la protección de la Virgen de la Merced, especialmente a "los que más sufren, a las familias de nuestro querido Tucumán, a los seminaristas y las vocaciones de especial consagración".

"Que Jesucristo, nuestro Redentor, nos conceda la paz, el amor y la libertad para seguir haciendo presente y creciente el Reino de Dios entre nosotros, bajo la protección maternal y tierna de nuestra Madre, la Virgen de la Merced", concluyó.

Finalizada la misa, los presentes participaron de una Peña en la misma plaza Independencia.+