Lomas: nueva consagración en el Orden de las Vírgenes
- 20 de septiembre, 2024
- Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA)
El obispo diocesano, Mons. Jorge Lugones SJ, presidirá la celebración eucarística este domingo 22 de septiembre a las 11.30, en la parroquia Nuestra Señora de Luján de la ciudad de Banfield.
El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, celebrará la Eucaristía el domingo 22 de septiembre a las 11.30 en la parroquia Nuestra Señora de Luján de la ciudad de Banfield, con motivo de la consagración de la postulante Antonia Bogado en el Orden de las Vírgenes.
Al invitar a la misa de su consagración, Bogado recordó sus inicios en la Legión de María, en la parroquia Nuestra Señora de Itatí de esa ciudad del sur bonaerense, y el acompañamiento para su discernimiento vocacional por parte de diversos sacerdotes, entre ellos, los presbíteros Mirko Grbec y Arnaldo Villalba. La futura consagrada explicó qué es el Orden de Vírgenes, una vocación originada en los primeros siglos del cristianismo que "muchos no conocen" y "una maravillosa entrega al Señor en la vida cotidiana", según señaló.
El lema elegido por Bogado será "Pidan y se les dará, busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá". Con su consagración, Bogado manifestará públicamente "el propósito santo de seguir más de cerca a Cristo" y, así, celebrará los "desposorios místicos con Jesucristo, Hijo de Dios", con el compromiso de entrega al servicio de la Iglesia, de acuerdo al Canon 604 del Código de Derecho Canónico.
A los diversos ministerios, carismas o formas de vida consagrada en la vida de la Iglesia (sacerdocio, diaconado, religiosas y religiosos, laicos consagrados, entre otros, las vírgenes consagradas son "uno de los tesoros más preciosos dejados como herencia a la Iglesia por su fundador", señalaba el Papa Pío XII, en su carta encíclica Sacra Virginitas ("Sobre la sagrada virginidad"), publicada en 1954.
Más reciente, en 2018, la instrucción Ecclesiae Sponsae Imago, sobre el Ordo virginum, sostiene que, "desde los tiempos apostólicos, esta expresión del Misterio de la Iglesia, "la imagen de la Iglesia como Esposa de Cristo", ha encontrado una manifestación totalmente peculiar en la vida de aquellas mujeres que, correspondiendo al carisma evangélico suscitado en ellas por el Espíritu Santo, con amor esponsal, se han dedicado al Señor Jesús en la virginidad, para experimentar la fecundidad espiritual de la íntima relación con Él y ofrecer los frutos a la Iglesia y al mundo".
El Orden de las Vírgenes (Ordo Virginum) de la Argentina recuerda siempre que "Cristo fue virgen, nacido de Madre virgen. Su doctrina sobre la virginidad es explícita. Ya desde los comienzos de la Iglesia, junto a los apóstoles, hubo mujeres que se propusieron seguir a Cristo con más libertad e imitarlo más de cerca y, cada una a su manera, llevaron una vida consagrada a Dios".
"Allí surgieron, en los comienzos de la Iglesia, con el esplendor de sus virtudes y con la actividad de su apostolado. Su máxima gloria era amar a Cristo con todo su ser virginal, dedicándole su vida entera", subrayan.
"Las vírgenes consagradas, por medio de las obras de penitencia y misericordia, se dedican al dinamismo apostólico y la oración santa según su situación y carisma, unidas en espíritu filial al obispo diocesano. Cumplen su ministerio de oración rezando por la Iglesia, de la cual son signos, participan diariamente de la Eucaristía y recitan la Liturgia de las Horas, intercediendo así por la salvación del mundo", agregan.
Y añaden: "El servicio a la Iglesia es fruto de la disponibilidad de la consagrada, y lo cumple también realizando sus tareas cotidianas, familiares y profesionales, con la intención y el espíritu de Iglesia, sabiendo que la enriquece con toda obra rectamente realizada y con su unión vital con Cristo".+