Jornada Mundial del Rosario por los frutos del Jubileo 2025

  • 25 de septiembre, 2024
  • Roma (Italia) (AICA)
Por iniciativa del Dicasterio para la Evangelización, se convoca a rezar esa oración a las 19 del próximo 7 de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, pidiendo por los frutos del Año Santo.

El Dicasterio para la Evangelización ha confiado a la Orden de Predicadores la organización de la Jornada Mundial del Rosario, a  realizarse a las 19 del próximo 7 de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Rosario.

La iniciativa convoca a rezar juntos y en comunidad esa oración mariana. Así, la Iglesia Universal, en todos los horarios de ese día y en todos los lugares del mundo, se apresta a rezar y meditar los misterios del santo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, pidiendo por los frutos del Jubileo de 2025, que lleva por lema "Peregrinos de Esperanza". 

Por ese motivo, se elevó un llamamiento a las cofradías de todo el mundo, especialmente a las congregaciones marianas, santuarios, parroquias y a todos los grupos de oración mariana y especialmente del Rosario, al Apostolado de la Oración (Worldpriest Global Apostolate), a Radio María y a todas las personas de buena fe y buena voluntad, a unirse en 24 horas extraordinarias de oración por el Año Santo 2025.

El Rosario Mundial comenzará a las 19 (hora de Roma), en la basílica de Santa María la Mayor. Este acto mundial de oración será un signo de esperanza para todas las naciones, un medio de preparación para el "Jubileo de la Esperanza" de la Iglesia en 2025 y una instancia para orar por la paz en el mundo. Las asociaciones y demás instituciones que deseen unirse, según su horario local, deberán registrarse en este sitio.

En Argentina y Chile, los frailes dominicos y las Cofradías del Rosario tienen previsto unirse al Rosario Mundial a las 19, de modo presencial o virtual, en Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Mar del Plata, Mendoza, San Juan, San Luis y Santiago de Chile. Para más información, se puede visitar el siguiente sitio.


La Orden de Predicadores y la Virgen del Rosario
El Rosario, como es sabido, tuvo su principio y desarrollo en el ambiente de la vida y apostolado de la Orden de Predicadores, fundada por santo Domingo de Guzmán. Entre los frailes de la Orden que tuvieron gran influjo en la difusión del Rosario como oración se destaca el venerable Alano de la Roche (1428-1478), que definió su estructura y propagó su práctica de modo extraordinariamente eficaz. 

Asimismo, las Cofradías del Rosario, extendidas por todas partes por los frailes dominicos, constituyeron un modo eficaz de la difusión del Rosario, a partir de la primera cofradía fundada por el mismo fray Alano en Douais (Francia), en 1470, y la establecida en Colonia, en 1476, por fray J. Sprenger, ya con aprobación Apostólica. 

Por su parte, el papa dominico san Pío V, con la bula Consueverunt Romani Pontífices, del 17 de diciembre de 1569, determinó la forma definitiva del Rosario actual, y con una nueva bula, Salvatoris Domini, del 5 de marzo de 1572, instituyó la fiesta litúrgica de la Bienaventurada Virgen María de la Victoria, que pasó a ser llamada poco después Nuestra Señora del Rosario, para celebrar el 7 de octubre, fecha de la victoria naval en Lepanto, fiesta que fue confirmada luego de la última reforma litúrgica. 

Cabe recordar que, en Argentina y Chile, la mayoría de los templos de la orden dominica están dedicados a Nuestra Señora del Rosario, y que muchos de ellos son varias veces centenarios y testigos de los acontecimientos más destacados de la vida civil y eclesiástica de ambos países. Tal es el caso en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tucumán, San Luis y San Juan, y de Santiago y Concepción, en Chile, siendo las iglesias de las cuatro primeras ciudades basílicas menores. Asimismo, Nuestra Señora del Rosario es patrona de las arquidiócesis de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, y de la diócesis de San Luis. 

Las Cofradías del Rosario, nacidas al amparo de los conventos dominicanos, fueron establecidas para promover el culto y el  rezo de esa plegaria a María, así como también la ayuda mutua entre sus miembros, a través de la práctica y difusión del mismo Rosario.+