El Papa en Singapur: 'El amor es el centro mismo del Evangelio'
- 12 de septiembre, 2024
- Singapur (AICA)
Durante la misa en el Estadio Nacional, Francisco les recordó a los fieles que el amor está en la base de todo lo que somos y hacemos, utilizando, entre otras, esa cita de san Juan Pablo II.
La belleza de Singapur, la "grande y audaz arquitectura" que hace que la ciudad sea "tan famosa y fascinante", fue el punto de partida de la homilía del Papa Francisco en la misa del jueves, mientras reflexionaba sobre las palabras de San Pablo: "El conocimiento se enorgullece, pero el amor edifica".
El Santo Padre insistió en que es el amor, no principalmente "el dinero, las técnicas o incluso la capacidad de ingeniería", lo que está en la base de las grandes obras que las personas realizan.
Reconociendo que algunos podrían considerar ingenua tal afirmación, afirmó que un poco de reflexión puede mostrar que las grandes obras, aunque inspiradas en la creatividad y el genio, se basan en realidad en innumerables "hombres y mujeres frágiles" motivados por el amor, sin el cual "no hay impulso, no hay razón para actuar, no hay fuerza para construir".
Dios, fundamento de nuestra capacidad de amar
Esta convicción, continuó, está "confirmada e iluminada" por la fe, que enseña que Dios, nuestro Padre común, "está en la raíz de nuestra capacidad de amar y ser amados".
Dios nos creó a cada uno de nosotros libremente y por amor; y es el amor de Dios el que nos redime y nos libera "del pecado y de la muerte mediante la muerte y resurrección de su Hijo único".
Así, afirmó el Papa, citando a su predecesor, san Juan Pablo II, "en nuestro amor vemos un reflejo del amor de Dios, un amor que se caracteriza por un profundo respeto hacia todas las personas, independientemente de su raza, creencia o cualquier cosa que las haga diferentes de nosotros".
Compartiendo el amor de Dios con los demás
"Estas palabras son importantes para nosotros", afirmó Francisco, "porque, más allá del asombro que sentimos ante las obras humanas, nos recuerdan que hay un asombro aún más grande que debemos acoger con mayor admiración y respeto: los hermanos y hermanas que encontramos" cada día.
El Santo Padre continuó diciendo que el amor de Dios nos invita a compartir con los demás, a responder generosamente a las necesidades de los pobres, a animar a quien sufre y a estar siempre dispuestos a perdonar y a esperar".
El amor, afirmó, citando nuevamente a san Juan Pablo II, "es el centro mismo del Evangelio".
El ejemplo de los santos
El pontífice concluyó su homilía señalando dos ejemplos, el de la Santísima Virgen María y el de san Francisco Javier, que ejemplifican ese amor.
En la fiesta del Santísimo Nombre de María, que se celebra hoy, "vemos el amor del Padre manifestado de una de las maneras más bellas y plenas, es decir, en la ternura de una Madre que nunca nos abandona", expresó Su Santidad.
Y en san Francisco Javier, que en sus viajes misioneros fue acogido con frecuencia en Singapur, "vemos a un santo que reconoció la primacía de la caridad por sobre el saber", agregó.
El Sucesor de Pedro invitó a los fieles a seguir su ejemplo y a hacer suyas las palabras de de ese santo jesuita: "Señor, aquí estoy, ¿qué quieres que haga?", para que "nos acompañen no sólo en estos días, sino siempre, como un compromiso constante de escucha y de respuesta pronta a las invitaciones a amar y a vivir con justicia, que siguen llegando hoy a nosotros desde el amor infinito de Dios".+