Las Iglesias de Tierra Santa imploran un acuerdo para la paz
- 27 de agosto, 2024
- Jerusalén (Tierra Santa) (AICA)
Urgen a que, por encima de cualquier cálculo político, en las negociaciones se busque detener "la muerte y la destrucción".
Las recientes negociaciones en El Cairo (capital de Egipto) entre los mediadores de Estados Unidos, Qatar y Egipto y las partes interesadas no han producido los frutos esperados. La guerra continúa en Tierra Santa, dada la negativa de Hamás y de Israel para llegar a un compromiso y ceder en ciertas posiciones que hubieran facilitado un alto el fuego en Gaza y la liberación de un grupo de rehenes israelíes.
A tenor de los acontecimientos, los patriarcas y jefes de las Iglesias en Jerusalén han emitido un nuevo comunicado, en el que vuelven a expresar su preocupación por cómo se están desarrollando los acontecimientos en Tierra Santa, donde la situación "no ha hecho más que deteriorarse". En la declaración conjunta, difundida el lunes 26 de agosto, expresaron su necesidad de expresar, "una vez más", sus graves preocupaciones por la terrible dirección que ha tomado la guerra.
Por ello, afirman que las continuas negociaciones fallidas "solo han servido para aumentar las tensiones, hasta el punto de que nos encontramos al borde de una guerra regional en toda regla". Critican además que, en los diálogos, parece que las partes estén más preocupadas por cuestiones políticas que "por poner fin a la muerte y la destrucción".
Se aproxima el duodécimo mes de "la actual guerra devastadora" y, mientras, crecen las tensiones regionales, que involucran al grupo Hezbolá apoyado por Irán y con bases en el Líbano, y amenazan con crear las condiciones para una "guerra regional en toda regla", se lee en el comunicado.
Se señala asimismo que, "a pesar de los reiterados llamamientos por nuestra parte y por parte de la comunidad internacional a la reducción de la violencia, la situación en nuestra amada Tierra Santa sólo ha seguido deteriorándose".
"Millones de refugiados siguen desplazados, sus hogares resultan inaccesibles, están destruidos o en condiciones irreparables. Cientos de inocentes mueren o resultan gravemente heridos cada semana, en ataques indiscriminados. Muchos otros siguen padeciendo hambre, sed y enfermedades infecciosas. Entre ellos, se encuentran los que languidecen en cautiverio en todos los bandos, y además corren el riesgo de sufrir malos tratos por parte de sus captores. Y otros, lejos de los campos de batalla, han sufrido ataques incontrolados contra sus aldeas, pastos y tierras de cultivo", dice la declaración.
Los firmantes señalan que, a pesar de toda esa situación, las negociaciones para un alto el fuego se han prolongado interminablemente. "Los líderes de las partes en conflicto parecen estar más preocupados por consideraciones políticas que por poner fin a la persecución de muerte y destrucción", escriben.
Los líderes de la Iglesia continúan señalando que estas "repetidas demoras, junto con otros actos provocadores, sólo han servido para aumentar las tensiones, hasta el punto de que nos encontramos al borde de una guerra regional en toda regla".
Apelar
Por ello, dicen, nuevamente imploran "a los líderes de las partes en conflicto que escuchen nuestros llamados y los de la comunidad internacional (por ejemplo, la Resolución 2735 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas), para alcanzar un rápido acuerdo para un alto el fuego que resulte en el fin de la guerra, la liberación de todos los cautivos, el regreso de los desplazados, el tratamiento de los enfermos y heridos, el alivio de los que padecen hambre y sed, y la reconstrucción de todas las estructuras civiles públicas y privadas que han sido destruidas".
Solución de los dos Estados
Los patriarcas y demás líderes de las Iglesias también instan a los líderes políticos a que, "en concierto con la comunidad internacional, inicien sin demora conversaciones diplomáticas que aborden los agravios de larga data entre ellos, y que conduzcan a medidas concretas que promuevan una paz justa y duradera en nuestra región mediante la adopción de una solución de dos Estados internacionalmente legítima".
Preocupación por las comunidades cristianas
En su declaración, los Patriarcas y los líderes de las Iglesias no dejan de expresar una preocupación especial por las comunidades cristianas en la zona de conflicto: "Entre ella,s se encuentran los que se refugian en Gaza, en la Iglesia Ortodoxa de San Porfirio y en la Iglesia Católica de la Sagrada Familia, así como el valiente personal del Hospital Anglicano Al-Ahli y los pacientes bajo su cuidado".
"Les prometemos nuestras continuas oraciones y apoyo, tanto ahora como cuando concluya la guerra, cuando trabajaremos juntos para reconstruir y fortalecer la presencia cristiana en Gaza, así como en toda Tierra Santa", escriben.
Bienaventurados los pacificadores
Por último, lanzan un llamamiento "a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad en todo el mundo, para que promuevan una visión de vida y paz en toda nuestra región devastada por la guerra, recordando las palabras de Cristo: Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (Mateo 5, 9).+