Francisco: que la unción del Espíritu nos lleve a perfumar el mundo con Cristo
- 21 de agosto, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Durante su audiencia general semanal, el Papa continuó con su serie de catequesis sobre el Espíritu Santo, reflexionando esta semana sobre el Bautismo de Jesús y la unción del Espíritu Santo.
Con la unción del Espíritu Santo, los cristianos están llamados a difundir "el buen olor de Cristo en el mundo", explicó este miércoles 21 de agosto el Papa Francisco. dirigiéndose a los fieles presentes en el Aula Pablo VI para la audiencia semanal de los miércoles.
Continuando el ciclo de catequesis dedicado al Espíritu Santo, Francisco comentó las palabras de Jesús: "El Espíritu del Señor está sobre mí; por eso me ha ungido" (Lc 4,18). En el bautismo en el río Jordán -comentó el pontífice-, Dios Padre 'ungió con el Espíritu Santo', es decir, consagró a Jesús como Rey, Profeta y Sacerdote. De hecho, reyes, profetas y sacerdotes eran ungidos con aceite perfumado en el Antiguo Testamento. En el caso de Cristo, en lugar del óleo físico, está el óleo espiritual, que es el Espíritu Santo: en lugar del símbolo, está la realidad".
"Jesús -continuó el Papa- estuvo lleno del Espíritu Santo desde el primer momento de su Encarnación. Ahora, en cambio, recibe la plenitud del don del Espíritu para su misión que, como cabeza, comunicará a su Cuerpo, que es la Iglesia. Por eso la Iglesia es el nuevo 'pueblo real, profético y sacerdotal'. El término hebreo 'Mesías' y el correspondiente griego 'Cristo', ambos referidos a Jesús, significan 'ungido'. Nuestro mismo nombre de 'cristianos' será explicado por los Padres en el sentido literal de 'ungidos a imitación de Cristo'".
Además del viento, por tanto, el Espíritu también está simbolizado por el aceite. ¿Y qué nos enseña esto? El Papa respondió citando la oración de la Misa del Jueves Santo, durante la cual el obispo, consagrando el óleo llamado "Crisma", dice, refiriéndose a los que recibirán con él la unción en el Bautismo y la Confirmación: "Que esta unción los penetre y santifique, para que, liberados de su corrupción nativa y consagrados como templo de su gloria, difundan la fragancia de una vida santa".
"Sabemos que, por desgracia, a veces los cristianos no difunden la fragancia de Cristo -comentó Francisco-, sino el mal olor del propio pecado. Esto, sin embargo, no debe distraernos del compromiso de realizar, en la medida de nuestras posibilidades y cada uno en su ambiente, esta sublime vocación de ser el buen olor de Cristo en el mundo. La fragancia de Cristo la desprenden los "frutos del Espíritu", que son "amor, alegría, paz, magnanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí" (Gal 5,22). Si nos esforzamos por cultivar estos frutos -concluyó-, entonces, sin que nos demos cuenta, alguien sentirá a nuestro alrededor un poco de la fragancia del Espíritu de Cristo".
Después, saludando a los grupos de peregrinos presentes, aprovechó la fiesta de San Pío X para dirigir un pensamiento a todos los catequistas y catequizandos.
Por último, el Papa renovó también hoy su invitación a seguir rezando por la paz: "No olvidemos a la atormentada Ucrania, que tanto sufre, no olvidemos a Myanmar, Sudán, Kivu Norte y tantos países que están en guerra. Recemos por la paz. Y no olvidemos a Palestina e Israel, ¡que haya paz!".+