El Papa animó a los religiosos a discernir y ser caritativos

  • 12 de agosto, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
A los miembros de cuatro congregaciones religiosas que celebran sus Capítulos Generales en Roma, los instó a centrarse en el discernimiento, la formación y la caridad.

El Papa Francisco pidió hoy, a los integrantes de cuatro congregaciones presentes en el Vaticano, tener siempre "el rostro de los pobres" ante sus ojos y estar vigilantes, para que "el impulso de la gratuidad y del amor desinteresado" sea siempre "vivo y palpitante".

"Por favor, no descarten a las personas, no seleccionen a las personas con criterios mundanos: lo importantes que son, cuánto dinero tienen... Estos criterios mundanos: ¡fuera! No descartar, sino acoger, abrazar a todos, amar a todos. Esta cultura proviene del individualismo, de la fragmentación, que lamentablemente domina nuestro tiempo", apeló el Papa, en un discurso difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

En la audiencia, Francisco recibió a las Hermanas Misioneras Dominicas de San Sito, a las Hermanas de la Compañía del Sagrado Corazón de Jesús, a las Hermanas de la Presentación de María Santísima y a la Sociedad de las Divinas Vocaciones (Sacerdotes Vocacionistas), que celebran actualmente sus capítulos generales en Roma.

Este es "el tiempo de escuchar al Espíritu Santo, de seguir haciendo florecer hoy las inspiraciones carismáticas dadas a sus fundadoras y a sus fundadores", afirmó el Papa, reflexionando sobre tres dimensiones existenciales y apostólicas comunes a las diferentes realidades de las congregaciones: "Discernimiento, formación y caridad".

"El discernimiento forma parte de la vida, ya sea en los momentos solemnes de las grandes decisiones o en los momentos cotidianos de las pequeñas decisiones. Está ligada a nuestro ser libre y, por tanto, expresa y cumple, día tras día, la vocación humana común y la identidad particular y única de cada uno de nosotros", destacó Francisco.

Según el Papa, se trata de "un trabajo agotador, de escucha del Señor", de cada uno y de los demás, además de "un tiempo agotador de oración, de meditación, de espera paciente, y de valentía y sacrificio, de hacer concreto y operativo lo que Dios sugiere al corazón, aunque sin imponer nunca su voluntad".

"Él nunca nos impone su voluntad, la sugiere a nuestro corazón. Pensamos, reflexionamos, sentimos las emociones que tocan nuestro corazón. Pero, al mismo tiempo, es también una gran experiencia de felicidad, porque permite tomar una buena decisión, y una decisión correcta da alegría", afirmó.

El Papa destacó la "necesidad que tiene el mundo de redescubrir el gusto y la belleza de decidir, especialmente cuando se trata de opciones definitivas, que determinan un punto de inflexión decisivo en la vida, como las vocaciones".

"Es necesario que los padres y las madres ayuden, especialmente a los jóvenes, a comprender que ser libre no significa permanecer siempre en una encrucijada, haciendo pequeñas 'huidas' a derechas e izquierdas, sin jamás tomar realmente un camino. Ser libre es apostar -¡apostar!- en un camino, con inteligencia y prudencia, ciertamente, pero también con audacia y espíritu de renuncia, para crecer y progresar en la dinámica del don, y ser felices, amando según el plan de Dios", señaló.

Formación
Siguió luego una reflexión sobre la formación que, según Francisco, es un rasgo que une a las congregaciones de "diferentes maneras".

Para el Papa, "sólo quien se reconoce humildemente y constantemente 'en formación' puede aspirar a ser un buen 'formador' para los demás".

"La educación, en cualquier nivel, es siempre, ante todo, compartir caminos y comunicar experiencias, en esa búsqueda gozosa de la verdad, que perturba el corazón de cada hombre hasta encontrar, habitar y compartir con todos la Luz de Dios", postuló.

Francisco hizo un llamamiento a los religiosos a tener cuidado con "las inquietudes del corazón": "Una cosa es estar en paz y otra, estar inquietos. Debemos estar en paz, pero inquietos".

"En nuestro tiempo, urge la necesidad de educadores que sepan convertirse en compañeros de amor del pueblo que les ha sido confiado", advirtió.

Caridad
Finalmente, el Papa Francisco habló de un tercer y último punto: la caridad.

Describió el papel fundamental de la caridad en las misiones de las congregaciones religiosas presentes y recordó a los superiores que sus fundadores, como Santa Magdalena Sofía Barat y la venerable María Antonia Lalia, vieron los rostros de los pobres como un signo de Dios para su misión.

"Jesús nos habla a través de los hermanos necesitados; en cada don que les hacemos, hay un reflejo del amor de Dios", subrayó el Papa, antes de animarlos "a tratar de reavivar el espíritu de gratuidad y de amor desinteresado que marcó los inicios de su presencia en la Iglesia". 

Esa, concluyó, "es la fuente de luz para nuestro camino y el antídoto eficaz para superar, en nosotros mismos y a nuestro alrededor, la cultura del exceso, del individualismo y de la descomposición social, que tristemente prevalece en nuestro tiempo". 

"Continúen su misión con confianza", animó el Papa a los religiosos y religiosas.+