Card. Rossi: ser ángeles que despiertan a los que andan tirados
- 13 de agosto, 2024
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba reflexionó sobre dos tentaciones que presenta el Evangelio del domingo: la murmuración y la desesperanza, y animó a dejarse guiar por la Madre del Camino.
El arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, presidió el 11 de agosto la misa dominical en la catedral, en el marco de la celebración de la novena a Nuestra Señora de la Asunción. Allí, reflexionó sobre las lecturas del día, que presentan, según él, dos tentaciones: la murmuración y la desesperanza.
"La murmuración es un pecado típico de la Historia de la Salvación, pecado que viene estigmatizado por la Escritura", comenzó recordando el prelado, y advirtió que "puede darse en nuestro corazón cuando el proyecto de Dios no coincide con nuestros deseos, o cuando el prójimo no nos cae simpático o nos resulta inconveniente".
Por otro lado, señaló que "a veces nos cansamos del camino. En este caso, presentado en la forma de la desesperanza, que es cuando ya no tenemos deseo de luchar, no encontramos sentido para dar ese paso adelante, cuando ya no se intenta esa palabra de reconciliación en la familia o no se siente ese gesto de ternura en la pareja, cuando nos autoconvencemos de que nadie nos quiere, nos desencantamos de los demás y del mundo, y el dolor nos saca las ganas de seguir viviendo", describió.
"Las experiencias pueden ser muy variadas, muy personales. Sea cual sea el caso, lo cierto es que nos desilusionamos y entonces nos replegamos, endurecemos el corazón a nuevas esperanzas y ya no nos dejamos prometer nada nuevo, para finalmente tomar la decisión de no caminar, tirarnos al borde del camino y gritar: ¡Basta ya, Yahvé!'", consideró.
Al respecto, animó a "pensar en las veces que hemos estado tentados de tirarnos" y a recordar "esos ángeles que nos han puesto de pie, nos han despertado y nos han recordado que hay que seguir caminando". "Recordar a esas personas que llevan el mensaje del Señor y pedir la gracia de ser nosotros ángeles que despiertan a los que andan tirados", resumió.
"Que resuene en nuestro corazón, dejarnos decir por el Señor: 'No murmuren entre ustedes'. Lo segundo es dejarnos decir en lo hondo del corazón: 'Levantate, comé', una imagen del maná, de la Eucaristía, un comer como alimento del camino. Se lo pedimos a la Virgen, Madre del Camino, que nos da ánimo y nos trae de nuevo al buen sendero", concluyó el arzobispo cordobés.+