Catamarca: una multitud expresó su devoción al santo del Pan y del Trabajo

  • 8 de agosto, 2024
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
"Que san Cayetano nos ayude a tener nuestro corazón profundamente arraigado en el Corazón amoroso de nuestro Buen Jesús", pidió el obispo, Mons. Urbanc. Se rogó, además, por los desocupados.

Una multitud de fieles devotos honró a San Cayetano el pasado 7 de agosto, en la capilla puesta bajo su patrocinio en la zona sur de San Fernando del Valle de Catamarca, en la jurisdicción de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús.

Apostados enfrente del templo, los participantes esperaron con emoción la salida del santo Patrono del Pan y del Trabajo, que fue recibido con los sones de la Banda de Música de la Municipalidad, entre aplausos, vivas y una lluvia de estrellitas doradas.

Inmediatamente, se dio inicio a la procesión, encabezada por la Cruz, seguida por las imágenes de san Cayetano y del beato Mamerto Esquiú. Durante la marcha, se escucharon reflexiones y se elevaron súplicas y cantos, mientras la columna de fieles, junto con el párroco del Sagrado Corazón, presbítero Armengol Acevedo, se desplazaba por las calles Tucumán, Corrientes, 1º de Mayo y La Rioja, hasta Gobernador Fortunato Rodríguez, donde se ubicó el altar para la celebración de la Eucaristía al aire libre.

Allí se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino y del Himno a Catamarca, interpretados también por la Banda de Música Municipal, y a continuación, el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió la Eucaristía, que fue concelebrada por el padre Acevedo, mientras el presbítero Lucas Segura confesaba en el interior del templo.

Durante la misa, se rogó especialmente por las personas que no tienen trabajo y por quienes viven situaciones de dolor en el cuerpo y en el alma.

En su homilía, por su parte, el prelado expresó: "Estamos congregados al lado de este templo, donde honramos habitualmente a San Cayetano. Y hoy nos tenemos que preguntar qué le traemos en nuestro corazón -ya que desde el año pasado a este han pasado 365 días- y en qué he mejorado y qué he corregido en mi vida cristiana. Porque si hoy vengo acá y no le presento algo nuevo en mi vida, se va a poner muy triste San Cayetano, que ha estado intercediendo por cada uno de nosotros ante el Señor, para que seamos más parecidos a Jesús, para que tengamos los mismos sentimientos de Jesús".

Luego afirmó que "la mejor manera de recibir bendiciones de Dios es a través de nuestra alabanza. Quien alaba y agradece a Dios, tiene el corazón abierto para recibir sus bendiciones". "Dios nos conservó la vida, nos concedió salud, trabajo. Probablemente, necesitamos mayor estabilidad y serenidad en nuestro trabajo, pero si estamos al lado de Dios, por la intercesión de San Cayetano, podremos tener la esperanza cierta de que Dios nos va a acompañar en el año que tenemos por delante", animó.

Al meditar sobre la primera lectura, dijo que "Dios es amor, y aquellas personas que se esmeran por amar a Dios, esos ciertamente esperan en la misericordia de Dios. Y se cuidarán de no desviarse del camino del bien, y siempre van a cuidar de mirar e ir al encuentro de Dios".

Más adelante, reflexionó sobre la importancia de "escuchar a las generaciones pasadas que han estado cerca de Dios", y advirtió que "se está cortando esa transmisión de una fe viva, de una fe comprometida", por lo que es necesario rescatar "las cosas buenas de nuestros mayores, si ellos tenían el hábito de la oración, de la familia, de participar de la vida sacramental, del sacramento del matrimonio".

Invitó a que "aquí, al lado de San Cayetano, reflexionemos sobre esta enseñanza de sabiduría, teniendo en cuenta que 'sabiduría' viene de sabor, de poder saborear las cosas de Dios, saborear el Cielo, la vida definitiva que vamos a tener".

"En eso nos ayudan los santos, porque ellos ya están gozando de la presencia de Dios, ellos la fueron pregustando en esta vida, a través del amor al prójimo, el servicio, el perdón, el trabajo, la amistad, la cercanía, la honestidad, todas estas cosas que nos preparan para el Cielo", reflexionó, y destacó: "San Cayetano está para interceder, para que no perdamos el sabor de la vida cristiana".

Al respecto, señaló que "ese sabor consiste en rezar, en ayudar al prójimo, en saber compartir con el que menos tiene; ese es el sabor de la vida, eso es sabiduría". Asimismo, exhortó a confiar y a gustar las cosas de Dios, "y así vamos a tener la experiencia de que es un Padre Providente, que no nos hará faltar el Pan de Vida de cada día, que no me hará faltar ese trabajo que me va a permitir que dignifique las cosas que toco", ya que "somos dignos porque somos hijos e hijas de Dios".

Por eso, manifestó que "tenemos que ir al encuentro de Dios, a la fuente del agua viva que siempre va a calmar nuestra sed y tranquilizar nuestro corazón. Y no voy solo, sino con mi familia, con mis amigos, con mis vecinos", porque "nos va a dar la paz, la amistad que necesitamos cultivar, nos va a ayudar a ser verdaderos hermanos los unos de los otros, y a ser buenos ciudadanos en esta sociedad en la que vivimos".

Hacia el final, el prelado invitó a que "le pidamos al Señor que San Cayetano nos ayude a tener nuestro corazón profundamente arraigado en el corazón amoroso de nuestro Buen Jesús". Antes de la bendición final, el padre Acevedo agradeció por su parte a todos los que trabajaron para la realización de las festividades en honor del santo patrono del Trabajo y también al obispo, por su presencia en la celebración.

Mientras se entonaba el Himno a San Cayetano, las sagradas imágenes ingresaron al templo, donde recibieron la veneración de los fieles. Finalizados los actos litúrgicos, se sirvió un chocolate caliente con bollos a todos los presentes.+