Mons. García inauguró el santuario de San Cayetano en La Matanza

  • 8 de agosto, 2024
  • Isidro Casanova (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de San Justo presidió la misa central en ese templo, ubicado sobre la Ruta 3, en la fiesta del patrono del pan y del trabajo, "que siempre nos escucha", según aseguró.

El obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, presidió la misa central el miércoles 7 de agosto por la fiesta de san Cayetano, en el nuevo santuario dedicado al santo de la Providencia, ubicado en el partido bonaerense de La Matanza, que abrió sus puertas de manera oficial en sus fiestas patronales. 

Durante toda la jornada, el templo -ubicado sobre la Ruta 3- recibió a los peregrinos que participaron de la Eucaristía, que fue concelebrada por el obispo de Gregorio de Laferrere, monseñor Jorge Torrres Carbonell; el presbítero Nicolás Angelotti, párroco de San José y de esta capilla; el presbítero Santiago Maderna; los padres Daniel Echeverría y Edouard Twizeyimana, ambos de misioneros de los Sagrados Corazones; y el presbítero Guillermo Torres, de la diócesis de Gregorio de Laferrere.

La Eucaristía fue el cierre de una gran actividad, llevada adelante en las últimas semanas, de manera conjunta, por las diócesis de San Justo y Laferrere. Encabezada por los integrantes del Hogar de Cristo, la imagen de san Cayetano cruzó calles, avenidas, pasillos, hospitales; se subió a los trenes y a los colectivos, y peregrinó así entre la gente. 

En la homilía, monseñor García manifestó: "En la situación social en la que nos encontramos, también brota desde las entrañas de nuestro pueblo el grito por el trabajo. Nuestro pueblo no quiere un pan regalado, ni pan de limosna; quiere el pan digno conseguido con el trabajo digno. Sin trabajo, no hay pan, no hay educación, no hay vida digna". 


"Sin trabajo que dignifique la vida, crece la indignidad del narcotráfico en nuestros barrios como estado paralelo, y la violencia de pobres contra pobres. El trabajo es el ordenador de la vida y de la familia. Hoy vemos que el trabajo cae como dominó. Trabajadores formales del estado fueron despedidos y no encuentran empleo. Muchas personas de nuestros barrios populares vivían de obras de la construcción o de changas que ya no existen", dijo.

También, indicó que "muchos trabajadores de cooperativas dadas de baja han caído en la indigencia. Grandes empresas dejan trabajadores afuera o frenan por la recesión, o bien eligen irse del país. A los vecinos y las familias de nuestros barrios los invade la angustia por el poco alentador panorama para conseguir trabajo". 

"Sabiendo que venimos arrastrando este problema desde hace tiempo y viendo que no se mejora, alentamos a los que gobiernan en las distintas jurisdicciones, a los empresarios y a los diferentes actores sociales a que, unidos, busquemos consensos para dar pasos positivos en favor de nuestros hermanos desempleados", enfatizó el prelado.

Y aclaró: "El trabajo no solo proporciona ingresos, sino que también ofrece dignidad, sentido de propósito y una conexión con la comunidad". "Sin trabajo digno -dijo-, las personas y las familias quedan atrapadas en la desesperanza, con pocas perspectivas de futuro. Una sociedad que no prioriza el empleo digno se enfrenta a la pérdida de esperanza colectiva". 

Monseñor García aseguró que San Cayetano "siempre nos escucha. Le pedimos que, como pueblo, desde quienes gobiernan hasta quienes deciden sobre el futuro de sus hermanos, y a toda la comunidad, nos dé su mirada bondadosa que escucha y responde. Le volvemos a pedir trabajo para nuestras manos, pan para poder sostenernos en la vida y pensar en el futuro, y paz para construirlo".

"Que San Cayetano reciba el agradecimiento de los que tienen trabajo digno e interceda por los que no lo tienen", finalizó.


Un santuario como 'símbolo de esperanza'
Ubicado en la interesección de la Ruta 3 y las vías de la estación de Isidro Casanova, el nuevo santuario dedicado a san Cayetano busca ser -se explica- "un símbolo de esperanza, en medio de este momento tan difícil que atraviesan las familias trabajadoras de todo el país".

"Es por eso que se encuentra en un lugar que apunta a los fieles de las dos diócesis que habitan el municipio de La Matanza", se puntualiza.

El predio pretende ser "un lugar donde el rezo se convierta en carne".

Es por eso que, en ese espacio, conviven un comedor, un club con cancha de fútbol, dependencias de servicio social y una casa, en la que viven y duermen más de 60 personas que se encontraban en situación de calle y actualmente encontraron un hogar. 

Además, cuenta con una cooperativa de servicios y de producción de alimentos, llamada "El pan nuestro de cada día", en la que trabajan a diario personas del Hogar de Cristo.+

-> Texto completo de la homilía