Formosa: Multitudinaria participación de fieles en la fiesta patronal de la Virgen del Carmen
- 17 de julio, 2024
- Formosa (AICA)
"Qué bueno y hermoso constatar que, en nuestro caminar por la vida, contamos con la compañía y el auxilio y la protección de María", señaló, Mons. Vicente Conejero Gallego, obispo de Formosa.
Una multitud de personas de la diócesis de Formosa participó el martes 16 de julio de la fiesta central de la Virgen del Carmen, patrona de esa jurisdicción eclesiástica y de la ciudad.
Como ocurre cada año, los festejos se iniciaron con rezos y cantos, los cuales, junto con la tradicional procesión por las calles de la ciudad hacia la catedral, marcaron esta tradicional manifestación de fe y adhesión a esta advocación mariana, que también estuvo acompañada por muchos niños que portaron banderas de colores.
Al llegar al templo, la imagen fue recibida con pétalos y más cantos, y luego se celebró la misa central, que fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Vicente Conejero Gallego, y concelebrada por varios sacerdotes.
En la homilía, el prelado recordó que a María, la madre de Jesús y madre de la iglesia, "la invocamos en la oración de la Salve, diciendo 'vida, dulzura y esperanza nuestra'. Palabras estas que en este año 2024, año de la oración en preparación al año santo jubilar de 2025, adquieren un significado mayor y más profundo".
"Qué importante la oración: escuchábamos en la segunda lectura que los apóstoles, en compañía de María y de algunas mujeres, se dedicaban a la oración, aguardando el cumplimiento de la promesa del Espíritu Santo", subrayó.
"Somos -dijo- conscientes de querer ser peregrinos de la esperanza, como nos invita el Papa Francisco, en medio de este mundo herido, fracturado, dividido, confrontado, en guerras fratricidas. Un mundo hambriento de sentido y sediento de comunión y de solidaridad. Precisamente este ha sido el tema y el lema de la novena de este año de Rezaca".
Monseñor Conejero, asimismo, instó a que, "junto a María, seamos una Iglesia sinodal, que escucha y acompaña en la misión. Los invito a todos aquellos que puedan ver, lo pronunciamos todos juntos. Junto a María, seamos una Iglesia sinodal, que escucha y acompaña en la misión". "Nuestra Iglesia diocesana de Formosa no quiere estar ajena a este proceso eclesial, sino que desea ardientemente unirse y participar consciente, activa y responsablemente, en este anhelo y dinamismo de la Iglesia sinodal misionera", agregó.
Y manifestó: "Querer ser una iglesia sinodal misionera es una invitación a una auténtica y verdadera conversión y reforma de toda la iglesia, dando así ejemplo para toda la humanidad. Una conversión, es decir, personal y comunitaria, de todos sus miembros, en sus relaciones, itinerarios y lugares".
"Qué bueno y hermoso constatar que, en nuestro caminar de la vida, como peregrinos de la esperanza, contamos con la compañía y el auxilio y la protección de María, nuestra madre, ella, imagen y modelo de santidad para todos, pues imitamos sus virtudes de humildad y sencillez", enfatizó.
Finalmente, elevó al Señor la siguiente oración a María:
"María, Madre de Jesús y Madre nuestra, Señora del Monte Carmelo, a ti acudimos implorando la misericordia de Dios Padre, la mediación de tu Hijo Jesucristo, nuestro único Redentor, y la fuerza y la alegría del Espíritu Santo. Tú nos invitaste en las bodas de Caná a hacer lo que tu Hijo Jesús nos diga. Tantas cosas, Hijo Jesús, ¿verdad? Pero una sobre todo, quizás la más importante.
Amense unos a otros, como hermanos, como yo los he amado. Queremos, Madre, que la iglesia egregrina en Formosa sea una iglesia sinodal y misionera. Sea fiel como vos, Madre, a los designios de Dios, y unida en comunión para que el mundo crea una iglesia que sepa escuchar a todos, especialmente a los más pobres.
Acompañar a los más sufrientes y abandonados, y anunciar a todos la buena noticia del reino de Dios. Y unidos a ti, Madre bendita, proclamemos siempre la grandeza de Dios, y se alegre nuestro corazón en Dios, nuestro Salvador. Esperando, mientras peregrinamos con esperanza, confianza y perseverancia hasta llegar a la vida eterna".+
-> Texto completo de la homilía