Mons. García Cuerva: 'San Benito, libéranos del quietismo, de todo rencor y violencia'
- 12 de julio, 2024
- Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires encabezó la fiesta en la parroquia del barrio de Palermo. "Pidamos a san Benito que nos libere del odio, de la bronca, del rencor, de esa famosa grieta", propuso.
El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge García Cuerva, presidió el jueves 11 de julio la misa central por la fiesta patronal de san Benito Abad, que fue concelebrada por el párroco del templo del barrio porteño de Palermo, presbítero Martín Bracht, y el vicario parroquial, el presbítero Adolfo Losada.
Ante una multitud de personas que acompañaron la procesión con el santo por las calles aledañas al templo, el arzobispo porteño destacó: "Estamos aquí porque somos devotos de san Benito y porque, seguramente, también tenemos algo que pedirle. También hoy le decimos a Dios: 'Señor, ven a salvarnos', a través de San Benito. Estamos aquí porque necesitamos la ayuda de Dios".
En la homilía, a la luz de la Palabra, el prelado invocó a Dios para que, a través de san Benito, "nos libere del quietismo".
"El quietismo es estar como estancados, ese quietismo del alma, de cuando ya creés que está todo perdido y no vale la pena seguir adelante, cuando ya bajaste los brazos y no tenés ganas de seguir luchando. Entonces, es como que el corazón se me queda estancado, el alma se queda quieta y la vida se para", señaló.
"Por eso, le pedimos a Dios que nos libere de ese quietismo, de creer que está todo perdido. Seguí adelante, no bajes los brazos, Dios no te quiere vencido. Así como caminas físicamente, también caminá con el corazón, ponelo en marcha y no te dejes ganar en la tristeza, en la angustia y en la soledad", animó.
Mons. García Cuerva recordó también "cuánta gente la está pasando mal, cuánta gente enferma de tristeza, enferma de angustia, enferma físicamente. A veces tenemos la lepra del rencor, del odio, del egoísmo. Tenemos esas enfermedades del alma que nos van como comiendo por dentro".
"Pidamos a san Benito que nos libere del odio, de la bronca, del rencor, de esa famosa grieta, en la que hay que estar de un lado o del otro. No, la vida no es eso. La vida es descubrir que el otro es mi hermano, aunque piense distinto; descubrir que el otro no es mi enemigo, porque siempre piensa de otra manera".
Finalmente, animó a pedirle al santo que "nos libere de todas las violencias que a veces tenemos en la familia, el trabajo, en la calle, de la violencia de la palabra. Nosotros tenemos que ser testigos de paz". "Hoy pedimos al Señor, a través de san Benito, que venga a salvarnos", añadió.
Antes de la bendición final, se rezó la oración a san Benito Abad y también se pidió la intercesión de la Virgen María. Además, se bendijeron todos los objetos que portaban los fieles y el párroco agradeció la presencia del arzobispo.+