Corrientes celebró el Milagro de la Cruz con una procesión multitudinaria
- 6 de mayo, 2024
- Corrientes (AICA)
La comunidad correntina participó de la manifestación de fe por las festividades del madero milagroso. El arzobispo Andrés Stanovnik animó a "renovar juntos la mirada y el corazón frente a la Cruz".
La comunidad correntina celebró, el pasado 3 de mayo, el Milagros de la Cruz, hito fundacional de la ciudad de Corrientes. Como cada año, numerosos fieles recorrieron las calles de la ciudad con motivo de las festividades del madero milagroso.
La procesión inició a las 15.30 desde la puerta de la iglesia anfitriona, y recorrió las calles Belgrano, Buenos Aires, 25 de Mayo, Salta y Bolívar, hasta llegar al escenario emplazado para celebrar la misa central, frente a la Iglesia de la Santísima Cruz de los Milagros. En ese marco se dieron cita imágenes y advocaciones de parroquias y comunidades junto a la Cruz de los Españoles, hecha de flores de color rojo y amarillo.
Una vez finalizada la procesión, la réplica de la Cruz de los Milagros, escoltada por el cuerpo de Cazadores Correntinos, salió del templo al son de los repiques de las campanas para presidir la celebración eucarística, vitoreada por la multitud de fieles. El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, presidió la misa en el escenario montado frente a la iglesia.
De la procesión y la misa central participaron el intendente de Corrientes, Eduardo Tassano; el vicegobernador, Pedro Braillard Poccard; el viceintendente capitalino, Emilio Lanari; el titular de la cartera de Hacienda, Marcelo Rivas Piasentini; funcionarios provinciales y municipales, representantes de fuerzas de Seguridad, Policía de Corrientes, establecimientos educativos y comunidades católicas, entre otros.
En su homilía, el arzobispo correntino invitó a “renovar juntos nuestra mirada y nuestro corazón frente a la Cruz de los Milagros. Ese signo, que se plantó en nuestras orillas hace más de cuatro siglos, es una profunda y luminosa señal para continuar descubriendo quiénes somos y qué tenemos que hacer”.
“Despojado del crucificado, el madero no representa más que un despreciable signo de tortura. En cambio, revestido de amor de Dios entregado hasta el extremo, se convierte en un verdadero camino de encuentro para todos”, destacó.
En ese sentido, animó a contemplar a Jesús crucificado para tratar de comprender qué hay en su mirada y qué siente por el ser humano: “Él sube voluntariamente a la cruz y carga sobre sí toda la basura y la perversión de la que somos capaces los hombres. Sin embargo, no condena a nadie, sino que aún ve que hay algo bueno para rescatar y redimir”.
“Apliquemos esto a los vínculos que tenemos en la familia y en la sociedad, y agradezcamos de corazón la valiosísima herencia que hemos recibido en el signo de la Cruz de los Milagros”, exhortó el arzobispo correntino.
“Jesús mismo nos anima a confiar y a dejarnos abrazar por Él. Pongámonos confiadamente en los brazos de nuestra tierna Madre de Itatí, ella nos hace amigable la cruz de su Hijo, con la cual es posible continuar construyendo espacios de encuentro, de paz y de fraternidad, y abriendo un futuro de esperanza para todos”, concluyó.+