El pedido de un obispo tras el tiroteo durante el viacrucis
- 2 de abril, 2024
- San Justo (Buenos Aires) (AICA)
Mons. Eduardo García, de San Justo, reclamó una política "abarcativa, fuerte y sostenida", y no espasmódica, al denunciar que "la inseguridad y la muerte bailan una danza macabra en nuestros barrios".
El Viernes Santo, la representación de un viacrucis fue interrumpida por un enfrentamiento armado entre la Policía y un grupo de delincuentes. Ocurrió en la Villa Palito, del partido bonaerense de La Matanza.
Ante este hecho, el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, difundió un comunicado, afirmando: “Las noticias duran un día, pero las realidades permanecen. La inseguridad y la muerte bailan una danza macabra en nuestros barrios”.
El prelado reclamó por los altos niveles de inseguridad que se viven en el distrito al enumerar varios hechos que estremecieron a la comunidad a lo largo del año. “La Semana Santa no podía estar al margen de esta situación”, lamentó.
El obispo matancero consideró que “las acciones esporádicas no alcanzan”, sino que “se necesita una decisión política abarcativa, fuerte y sostenida en el tiempo, donde las acciones no se dilaten por una burocracia social, policial y judicial empastada”.
"Sigue estando la gran pregunta: ¿Hasta cuándo? Si no hay respuestas que abran horizontes corremos el riesgo de que la comunidad, que las familias de todos aquellos que buscan una vida buena y digna decidan hacer justicia por sus propias manos, y que el cansancio de los buenos lleve a una guerra entre hermanos, una guerra entre pobres", advirtió.
Texto del comunicado
Las noticias duran un día, pero las realidades permanecen.
La inseguridad y la muerte bailan una danza macabra en nuestros barrios. Para esta fecha el año pasado era noticia el asesinato del colectivero. Inauguramos el año con las noticias de la masacre en tosquera, el fusilamiento en San Petersburgo de varios jóvenes, el reparto de armas como regalo de reyes. Inseguridad, corrupción, narcotráfico y robo exprés conforman la realidad cotidiana, conviviendo con escenas que estrujan la mirada y el alma como pibitos de ocho años consumiendo pasta base al borde la avenida Crovara.
La Semana Santa no podía estar al margen de esta situación. La procesión de Ramos en los monoblocks de la Tablada debió ser abortada por un tiroteo a plena luz del día durante la mañana. Anoche, el Vía Crucis en Villa Palito organizado por adolescentes se vio interrumpido por una persecución de policías a delincuentes a pocos metros del lugar donde estaba reunida la comunidad
El pueblo, que en el Viernes Santo de Jesús gritaba "crucifícalo", hoy clama "¡hasta cuándo!".
En Villa Palito y en el Barrio San José de Villegas, desde hace más de 20 y 7 años respectivamente, la comunidad acompañada con el estado ha abierto escuelas, clubes, hogares, orquestas, pero sigue siendo el lugar en donde se desangra “la Matanza”. Parece que por mucho se haga nunca es suficiente, porque los "Herodes" de hoy multiplican la apuesta con más droga, armas y reclutamiento de más soldaditos a bajo costo cuando la situación económica apremia. Porque, a esta realdad que viene de lejos, la falta de recursos de este momento la ha hecho recrudecer.
¿Hasta cuándo? En barrios donde el Estado está entregando escrituras y construyendo viviendas no se puede terminar con este flagelo que va desintegrando el tejido social de nuestros barrios. Puerta de Hierro es un ejemplo del fracaso y complicidad de los distintos niveles políticos y judiciales. La pelea que se da en nuestros barrios es Estado y comunidad que se organiza o narcotráfico. Cuando hay ausencia del estado que ayuda a crear posibilidades unido a la comunidad que las lleva a delante, crecen el narcotráfico y las armas.
Las acciones esporádicas no alcanzan. Cuando se revienta un bunker; aparecen cinco nuevos con más fuerza y protección. Cuando se desarma una banda, el aprendizaje del robo se diseminó por muchos otros lugares.
No se trata de una decisión de seguridad que se limite solamente a agregar más efectivos policiales, se necesita una decisión política abarcativa fuerte y sostenida en el tiempo donde las acciones no se dilaten por una burocracia social, policial y judicial empastada.
La comunidad sufre un nuevo calvario con nuevos Herodes que buscan su propio interés unidos a nuevos Pilatos que miran para un costado y se lavan las manos.
Sigue estando la gran pregunta: ¿Hasta cuándo? Si no hay respuestas que abran horizontes corremos el riesgo que la comunidad, que las familias de todos aquellos que buscan una vida buena y digna decidan hacer justicia por sus propias manos, y que el cansancio de los buenos lleve a una guerra entre hermanos, una guerra entre pobres.
Las comunidades buscan levantarse, tiran para adelante, se hacen cargo de sus enfermos, mujeres solas, ancianos en situación de calle, chicos y adolescentes con problemas de salud mental, se organizan para curar y cuidar a miles de jóvenes que se desangran por la droga necesitan que, aquellos a los que les corresponde se hagan cargo como el Cireneo o al menos no pongan palos en la rueda a los que quieren seguir trabajando por un futuro distinto.
La esperanza de la pascua nos anima a seguir andando, poniendo luz y buscando caminos.+