Mons. Medina, en la misa crismal: 'Quien nos dio la Vida, nos enseñó también a orar'
- 15 de marzo, 2024
- Río Gallegos (Santa Cruz) (AICA)
El obispo de Río Gallegos animó a los sacerdotes a dejar que "el Espíritu Santo obre libremente y nos guíe en una entrega fiel y generosa, sobre todo para aquellos que más nos necesitan".
El obispo de Río Gallegos, monseñor Ignacio Medina, celebró la misa crismal, en la que se consagra el Santo Crisma, se bendicen los óleos de los catecúmenos y de la unción de los enfermos, y se renuevan las promesas sacerdotales.
El diocesano patagónico presidió la Eucaristía el miércoles 13 de marzo, en la parroquia San Juan Bosco de Río Gallegos. Concelebraron el obispo auxiliar, monseñor Fabián González Balsa y los sacerdotes de Santa Cruz y Tierra del Fuego.
En la homilía, monseñor Medina afirmó que lo esencial de la misión es “el encuentro con Dios, la oración; que no es una cosa más, porque somos presencia de Jesucristo en medio de los hombres”.
“En esa intimidad con el Señor, se refuerza el deseo de seguirlo: ‘Quien nos dio la Vida, nos enseñó también a orar’”, sostuvo, citando a san Cipriano.
“Queridos hermanos en el sacerdocio, también nosotros hemos escuchado el llamado del Señor y lo hemos discernido por la acción del Espíritu Santo a la luz de la Palabra de Dios. Ese mismo Espíritu es el que nos guía a cada instante de nuestra vida, y la ‘rumia’ de la Palabra nos va ayudando a comprender cómo vivir fielmente la misión recibida en cada situación”, profundizó.
El prelado recordó a los sacerdotes que también los obispos y ellos son parte del pueblo de Dios, por lo que planteó: “Tenemos que vivir procesos de conversión, purificación y transformación personal y comunitaria”.
“El Evangelio, que tenemos que proclamar, es fuente de vida, de sentido, de sanación y de liberación profunda. Dejemos que el Espíritu Santo obre libremente en nosotros y nos guíe en una entrega fiel y generosa, sobre todo para aquellos que más nos necesitan”, propuso.
“Hoy deseamos renovar en nosotros la gracia del sacramento del orden, nos sentimos frágiles. Y queremos también renovar las promesas con que nos unimos a Cristo el día de nuestra ordenación, mediante este sacramento. Deseamos repetírselas a Él solo: a Cristo, nuestro Señor y dador de Vida en abundancia”.
Monseñor Medina terminó su homilía con la intención del Papa Francisco en una misa crismal de hace algunos años, sobre la que consideró que “hoy nos tiene que resonar en el corazón”, y citó: “Queridos fieles, acompañen a sus sacerdotes con el afecto y la oración, para que sean siempre Pastores según el corazón de Dios. Queridos sacerdotes, que Dios Padre renueve en nosotros el Espíritu de Santidad con que hemos sido ungidos, que lo renueve en el corazón de tal manera que la unción llegue a todos, también a los más alejados, allí donde nuestro pueblo fiel más lo espera y valora. Que nuestra gente, queridos sacerdotes,nos sienta cercanos.”
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