Francisco pide valentía y fortaleza a quienes imparten justicia en el Vaticano

  • 2 de marzo, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El Papa inauguró el Año Judicial del Tribunal del Estado pidiéndoles a los jueces vaticanos "indignación ante las realidades inaceptables y valentía para intentar cambiarlas".

El Papa Francisco inauguró hoy el 95° Año Judicial del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano mediante un acto solemne en la Sala de las Bendiciones, durante el que les recordó a los juristas que la valentía, unida a la fortaleza, asegura "la constancia en la búsqueda del bien y nos hace capaces de afrontar las pruebas,por lo que no es sólo una cualidad particular del espíritu, característica de ciertas personas heroicas”.

Como ha ocurrido en los últimos días Francisco, que padece de bronquitis, dejó la lectura del discurso a cargo de monseñor Filippo Ciampanelli, de la Secretaría de Estado. “Les doy las gracias a todos, he preparado un discurso pero siento mi incapacidad para leerlo a causa de la bronquitis”, dijo.

En su reflexión, el Papa subraya que la valentía es algo en lo que piensa "varias veces al seguir los acontecimientos que afectan a la administración de justicia, también en el Estado de la Ciudad del Vaticano".

Esa virtud, añade el pontífice, es "un rasgo que se otorga y fortalece en el encuentro con Cristo, como fruto de la acción del Espíritu Santo, que cualquiera puede recibir si se lo invoca". La valentía, explica, desorienta a los corruptos y "los arrincona, por así decirlo, con el corazón cerrado y endurecido".

"Incluso en las sociedades bien organizadas, bien reguladas y apoyadas por las instituciones, sigue siendo necesario el valor personal para afrontar las distintas situaciones. Sin esta sana audacia, se corre el riesgo de ceder a la resignación y se acaban pasando por alto muchos pequeños y grandes abusos", advierte.

“Quien es valiente no busca su propio protagonismo, sino la solidaridad con sus hermanos, que también soportan el peso de sus miedos y debilidades”, sostuvo.

El Papa prosiguió: "Vemos con admiración esta valentía en tantos hombres y mujeres que viven pruebas muy duras: pensemos en las víctimas de las guerras, o en quienes sufren continuas violaciones de los derechos humanos, entre ellos los numerosos cristianos perseguidos".

“Ante estas injusticias, el Espíritu nos da la fuerza para no resignarnos, suscita en nosotros indignación y valentía: indignación ante estas realidades inaceptables y valentía para intentar cambiarlas”, agregó.

Valor para determinar la verdad
Con valentía, dijo Francisco, estamos llamados "a afrontar incluso las dificultades de la vida cotidiana, en la familia y en la sociedad, a comprometernos por el futuro de nuestros hijos, a cuidar la casa común y a asumir nuestras responsabilidades profesionales".

Dirigiéndose a los magistrados del tribunal vaticano, el pontífice subrayó que, junto a la prudencia y la justicia, "la tarea de juzgar requiere las virtudes de la fortaleza y el coraje, sin las cuales la sabiduría corre el riesgo de permanecer estéril". "Se necesita valor –recuerda el Papa– para llegar hasta el final en la rigurosa averiguación de la verdad".

“Esto también se aplica cuando surgen conductas especialmente graves y escandalosas, que deben ser sancionadas tanto más cuando se producen en el seno de la comunidad cristiana. Se necesita valentía mientras uno se dedica a garantizar el debido proceso y es objeto de críticas”, puntualizó.

"La solidez de las instituciones y la firmeza de la administración de la justicia quedan demostradas por la serenidad de juicio, la independencia y la imparcialidad de quienes están llamados, en las distintas fases del proceso, a juzgar. La mejor respuesta es el silencio laborioso y la seriedad en el trabajo, que permiten a nuestros Tribunales administrar justicia con autoridad e imparcialidad, garantizando un juicio justo, respetando las peculiaridades del sistema vaticano", profundizó.

Sostener el valor con la oración
El Papa insistió en afirmar que se necesita valor para "implorar en la oración que la luz del Espíritu Santo ilumine siempre el discernimiento necesario para llegar a un juicio justo".

"También en este contexto, quisiera recordar que el discernimiento se hace 'de rodillas', implorando el don del Espíritu Santo, para poder llegar a decisiones que vayan en la dirección del bien de las personas y de toda la comunidad eclesial. De hecho, como afirma la Ley del CCCLI sobre el orden del Estado, 'administrar justicia' no es sólo una necesidad temporal", recuerda.

Francisco afirmó que "la virtud cardinal de la justicia, en efecto, ilumina y sintetiza la finalidad misma del poder judicial propio de todo Estado, para cuyo cultivo es esencial, ante todo, el compromiso personal, generoso y responsable de quienes están investidos de la función judicial".

“Este compromiso pide ser sostenido por la oración. No hay que tener miedo a perder el tiempo por dedicarle abundantes momentos. Y esto requiere también valor y fortaleza”, agregó.

A los magistrados del Tribunal y de la Oficina del Promotor, Francisco les deseó finalmente que, en el servicio de la justicia, "mantengan siempre, junto a la prudencia, el valor cristiano".

Un año de juicios "importantes"
Por su parte, en su discurso de saludo al Santo Padre, el promotor de justicia del Vaticano, el profesor Alessandro Diddi, recordó que "el año que acaba de concluir ha estado marcado por la celebración de importantes procesos, tanto en el ámbito civil como en el penal, que han sido seguidos con gran atención por la prensa, incluida la extranjera".

"Gracias al esfuerzo y empeño de los magistrados del Tribunal y de las Cortes, así como del personal administrativo, pudieron concluirse en un tiempo muy breve y sin que en ningún momento, como tributo a la eficiencia, se renunciara a las garantías del debido proceso", concluyó.+