Mons. Torrado Mosconi: 'La Cuaresma es un tiempo especial para ahondar en la oración'
- 14 de febrero, 2024
- Nueve de Julio (Buenos Aires) (AICA)
En diálogo con el programa "Caminos de Encuentro", el obispo de 9 de Julio y presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia comparte una reflexión sobre el Miércoles de Ceniza y el tiempo de Cuaresma
En diálogo con el programa "Caminos de Encuentro", de la Oficina de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina, el obispo de 9 de Julio y presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia, monseñor Ariel Torrado Mosconi, compartió su reflexión para el Miércoles de Ceniza, día que marca el comienzo del tiempo de Cuaresma.
“El inicio del tiempo de Cuaresma es siempre un tiempo de reflexión y espiritualidad para nuestras comunidades”, aseguró el prelado, que exhortó: “Es muy importante que empecemos la Cuaresma con la celebración del Miércoles de Ceniza, acercándonos a la parroquia más cercana a nuestro hogar y recibiendo ese gesto, tan sencillo pero tan significativo, en el cual a través de esta imposición de las cenizas comenzamos este tiempo hermoso de gracia”.
El obispo nuevejuliense se refirió a la Cuaresma como un tiempo de gracia en el que tienen que hacerse realidad las palabras del salmo: “Hoy es el día de la salvación”. En ese sentido, destacó el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma, que convoca “al desafío de la conversión”.
Además, señaló que “es también un tiempo especial para ahondar en la oración”, “un tiempo para hacer silencio, para encontrarnos con nosotros mismos, para encontrarnos con Dios”.
“La conversión –indicó- es un estado permanente del cristiano”. “Ninguno de nosotros puede decir: yo ya estoy convertido, todos estamos llamados a la conversión y, por lo tanto, cuando dejamos de tener este espíritu, de querer convertirnos, es cuando nos estancamos y caemos en la mediocridad, caemos en la tibieza”, advirtió.
Por eso, señaló que “para convertirnos necesitamos, en primer lugar, hacer silencio interior que nos permita encontrarnos con el Señor”. “Sin duda que el ayuno nos tiene que llevar a la limosna, a la caridad en la fe. Qué hermoso es recordar las obras de misericordia. Se trata de tener una experiencia de fe en las obras de la misericordia corporales, espirituales”, añadió.
“Sería bueno que, en este tiempo de gracia que el Señor nos concede, hagamos una lista de cosas que podemos hacer. A veces están los enfermos, pero atención, enfermo también es aquel que está delicado en su fuerza interior, aquella persona que tenemos muy cerquita, a veces una abuela, una tía, una vecina”, enumeró.
A su vez, alertó del peligro de quedarse con las cosas que habría que hacer y no ser capaces de ver lo concreto: “Tenemos que tomar esa decisión, tener esa actividad espiritual para darle una palabra de aliento, de consuelo, a esta persona que se encuentra transitando alguna situación de fracaso en su vida familiar o en su vida de trabajo, o aquellas personas que están luchando porque se han enterado de alguna enfermedad que reviste cierta importancia”.
“Que tengamos en este tiempo esa capacidad de ver, de no pasar de largo y de ponernos realmente en obra para poder vivir y acompañar estas situaciones particulares”, concluyó.
Más información, en las redes sociales de @caminoencuentro y en episcopado.org.+