Mons. García Cuerva: 'Pidámosle a Juan Bautista que nos ayude a empequeñecernos'
- 20 de diciembre, 2023
- Buenos Aires (AICA)
"Para llegar a la Navidad, empequeñecernos, arrodillarnos, achicarnos, para encontrarnos con el Niñito Jesús en el portal de Belén", propuso el arzobispo de Buenos Aires en su predicación semanal.
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, destacó la humildad “enorme” de Juan el Bautista, que supo que había llegado “el momento de correrse, el momento de sentir que él no es el importante y de darle lugar a Jesús”.
“En el auge de su edad, en el auge de su trabajo, en el apogeo de su misión, Juan -con muchísima humildad- empieza a correrse para darle lugar al Señor”, agregó en su homilía semanal.
“Pienso en una construcción. Quien lleva adelante la construcción, en general pone andamios y, cuando se terminó la construcción, a la hora de inaugurar la obra, hay que correr los andamios. Los andamios fueron muy necesarios durante el proceso de construcción, pero después llega la hora de correrlos, porque ya no tienen sentido”, graficó, y agregó: “De algún modo Juan siente que es un andamio, que llegó el momento de darle la centralidad al Señor, a Jesús, y entonces él claramente dice: 'Ya pasó mi momento, por lo menos tengo que correrme'”.
Tras preguntarse “qué tiene que ver esto con nuestra vida”, planteó: “Creo que podríamos pensar que, muchas veces, nosotros también nos sentimos el importante, nos sentimos el centro”.
“Hay una cumbia de un grupo, Damas Gratis, que se llama justamente ‘No te creas tan importante’. Quizá para el común de la gente este tema musical, muy popular, muy de los barrios, nos puede ayudar a no creernos tan importantes”, expresó.
El arzobispo porteño explicó que, “de alguna manera, es lo que está diciendo Juan el Bautista, que no todo tiene por qué girar a nuestro alrededor, que no tenemos por qué tener esa sed de protagonismo, a veces tan fuerte, y que tenemos que dejar de lado los protagonismos y los personalismos”.
“Por eso, quería que le pidamos juntos hoy a Dios, por intercesión de san Juan Bautista, que nos conceda el don de la humildad, el don de saber que, cuando lleguemos al pesebre en la Navidad, tendremos que agacharnos para adorar al niño, como también se agacharon los reyes magos, porque el importante es el niño, y entonces nosotros tenemos que abajarnos, tenemos que arrodillarnos, porque Él es el centro de nuestra vida y es el centro de la historia”, sugirió.
Monseñor García Cuerva detalló las cuatro pistas que surgen de la segunda lectura de San Pablo, para entender “cómo poder reconocer que no somos los más importantes, cómo poder reconocer que necesitamos ser humildes”.
“Quisiera entonces, hoy, que le pidamos juntos a Juan Bautista que nos ayude a empequeñecernos. Así como vamos a adorar al pequeño niño de Belén, nosotros también aprender a empequeñecernos”, propuso.
“Cuando me siento el más importante, ahí estamos en problemas. Porque entonces no me quiero ir, siento que nada se puede sin mí, no me puedo jubilar y me quedo atornillado a la silla para siempre”, advirtió.
El primado argentino terminó expresando: “Todo esto es para aprender de la humildad de Juan el Bautista y, como dije, para llegar a la Navidad, empequeñecernos, arrodillarnos, achicarnos, para encontrarnos con el niñito Jesús en el portal de Belén”.+