Mons. Colombo llamó a testimoniar la esperanza entre los mendocinos
- 9 de diciembre, 2023
- Mendoza (AICA)
El arzobispo presidió la misa de la Inmaculada en el predio mariano de Guaymallén, donde abrió el Año Jubilar, Vocacional y Misionero, con el lema "todos llamados, todos enviados, todos celebrando".
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, presidió el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, la misa en el Predio de la Virgen de la localidad de Guaymallén, donde inauguró formalmente el Año Jubilar, Vocacional y Misionero, con el lema “Todos llamados, todos enviados, todos celebrando”.
La Eucaristía fue el gran festejo central, luego de otras dos celebraciones, realizadas en las parroquias de la Inmaculada Concepción de Palmira y de La Consulta. Todas fueron concelebradas por el obispo auxiliar, monseñor Marcelo Mazzitelli, y por sacerdotes de los decanatos en los que está organizada la arquidiócesis mendocina.
“Llenos de alegría, nos hemos reunido para celebrar al Señor en esta solemnidad de la Inmaculada Concepción, felices de comenzar los festejos del 90° aniversario de nuestra arquidiócesis de la mano de la Virgen, en el camino a la Navidad”, destacó el arquidiocesano en la homilía.
“Como María se reconocía parte de su pueblo y, en sintonía con él, esperaba al Salvador, así también nosotros lo aguardamos junto a nuestros hermanos, especialmente con los más pobres y necesitados de la misericordia y la presencia de Dios”, afirmó.
El arzobispo mendocino señaló que este comienzo del Año Jubilar está marcado por la realidad como país, “en especial por las graves dificultades económicas que atravesamos y que agobian a tantos hogares argentinos”.
“Presentes en el aquí y ahora de nuestra Patria, queremos ser, ante la sociedad, signos de Cristo, nuestra esperanza”, sostuvo.
En el marco de los cuarenta años de restauración de la democracia, como cristianos, inspirados en el Adviento, monseñor Colombo consideró: “Tenemos la responsabilidad de apostar con esperanza y animar el compromiso con el bien común, sin desentendernos de nada ni de nadie”.
“Lejos de tener una mirada superficial o ingenuamente optimista, estamos desafiados como creyentes a vivir especialmente cercanos y disponibles para quienes puedan necesitar de nuestra ayuda o solidaridad”, puntualizó.
El arzobispo recordó que, en pocos días más, se celebrará la beatificación del cardenal Eduardo Pironio, al que definió como “un verdadero profeta de la esperanza”.
“Su testimonio vibrante de amor a Dios y a los hermanos lo consolidó como un pastor sensible y cercano a todos, capaz de desafiar la dureza de los tiempos con una oración confiada y una esperanza puesta sólo en Dios, a quien sirvió con un corazón lleno de luz. Me gustaría recordar, en este marco solemne, unas bellas palabras suyas, tan jubilares, tan vocacionales como misioneras”, expresó.
Y citó al futuro beato: “Hay una forma de traicionar nuestra misión: es la de querer evadirnos de nuestra hora bajo el pretexto de que son tiempos difíciles, llenos de inseguridad y riesgos. Quien no es capaz de arriesgar su propia seguridad humana no ha aprendido todavía a ser cristiano. 'El que pierde su vida la ganará' … Los tiempos nuevos que vivimos son, por una parte, tiempos dolorosos… Parecen ‘la hora del poder de las tinieblas’. Pero, por otra parte… son tiempos que nos entusiasman y nos comprometen: ‘Este es el tiempo favorable, éste es el día de la salvación’. Es la alegría de vivir ahora, en estos tiempos difíciles pero providenciales del Reino, y de preparar para las generaciones nuevos tiempos fuertes y fecundos”.
Monseñor Colombo finalizó su reflexión deseando, “de todo corazón, ¡feliz día de la Virgen!, ¡feliz Adviento!, ¡feliz Año Jubilar!”, y subrayando: “Tiempo de espera confiada y de alegría jubilar para la Iglesia en Mendoza, que celebra noventa años de tantos dones de Dios para su pueblo”.+