Mons. García Cuerva: 'Que el protagonismo siempre lo tenga el Señor'
- 13 de noviembre, 2023
- Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires ordenó este cuatro nuevos sacerdotes en la parroquia San Benito, y los animó a llenarse de Dios en la oración, y del amor del pueblo en el contacto con la gente.
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, ordenó sacerdotes a los diáconos Matías Cornejo, Luis Giardello Rodil, Martín Legón Ascorti y Matías Nazar, en el marco de una Eucaristía celebrada el 11 de noviembre en la parroquia San Benito.
Rodeados de sus familias, amigos y la comunidad de sacerdotes, religiosos y laicos de la Iglesia porteña, los cuatro recibieron la ordenación presbiteral de manos del arzobispo porteño. Eligieron como lema “Denles de comer ustedes mismos”.
Sentados alrededor del arzobispo, escucharon la homilía, que comenzó con un consejo: “Sean pastores de oración, que siempre lo busquen a Jesús; que le hablen, que le cuenten de sus cosas y de las del pueblo”.
Recordando una anécdota familiar, describió que la oración sacerdotal consiste en “llevarle a Dios las preocupaciones, las angustias, las partes de toda la tarea pastoral, los pedazos del corazón, y decirle con confianza y como si fuésemos niños: ‘Papá, ¿me lo armás?’”.
“Ofrezcan sus cinco panes y dos pescados, ofrezcan y entreguen generosamente sus vidas para saciar el hambre del pueblo. Puede parecer poco a los ojos del mundo, pero Jesús hace el milagro”, aconsejó el arzobispo.
A su vez, advirtió que “su pueblo se merece lo mejor de ustedes, no den migajas, ni las sobras; no se guarden el mejor pan; sus vidas son para compartir. Como animadores y pastores, ayuden a sus comunidades a organizarse, a compartir, y a ser solidarios unos con otros, pero que el protagonismo siempre lo tenga el Señor”.
También les recordó el sentido del sacerdocio: “Nos hicimos pastores para ser discípulos misioneros que caminan detrás del Maestro; para ser felices en la entrega; para ser apasionados por el Evangelio, audaces en la acción pastoral, y siempre misericordiosos, como Dios lo es con nosotros”.
“Ser sacerdotes enamorados de Jesús les llenará el corazón; entregar la vida por el Reino los llenará de alegría y entusiasmo; ser pastores cercanos los llenará de afectos, de amigos y familia”, alentó, recordando el sentido profundo de la vocación sacerdotal.
También les aconsejó: “Llénense de Dios en la oración, llénense del amor del pueblo en el contacto diario con la gente. No se guarden; no nos hacemos curas para tener una vida cómoda, relajada y llena de privilegios”.
Para concluir, les hizo un último pedido: “Por favor, no se olviden nunca: es el Señor el que hace el milagro de la multiplicación; ustedes sean siempre pan en sus manos”.
Luego de la imposición de manos, de la que participaron todos los sacerdotes presentes, monseñor García Cuerva ungió con los Santos Óleos las manos de los cuatro flamantes sacerdotes de la arquidiócesis de Buenos Aires, quienes fueron revestidos con sus casullas y recibieron su cáliz y patena.+