La diócesis de Avellaneda-Lanús peregrinó al santuario de Luján
- 4 de septiembre, 2023
- Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Avellaneda-Lanús presidió la misa de la peregrinación diocesana a Luján e invitó a "revitalizar y fortalecer las comunidades locales, a caminar juntos, al encuentro y al diálogo".
Cientos de peregrinos de la diócesis de Avellaneda-Lanús peregrinaron el sábado 2 de septiembre al santuario de Nuestra Señora de Luján para llevar al pie de la Virgen las intenciones de todas las comunidades que conforman esa Iglesia particular.
Acompañados por el lema, “Con María, comunidades en camino”, los peregrinos arribaron a Luján y participaron de la celebración de la Eucaristía, que fue presidida por el obispo, monseñor Marcelo Margni, y concelebrada por numerosos sacerdotes de esa diócesis.
En la homilía, el prelado manifestó: “Una vez más, como Iglesia diocesana venimos en peregrinación a este santuario de Luján, casa de la Virgen y de nuestro pueblo”. “La cruz nos revela la resistencia pacífica del amor y estamos llamados a mirarnos, a sentirnos llamados, a inspirarnos en nuestro camino como Iglesia diocesana y como pueblo”, continuó.
Seguidamente, señaló que el Evangelio y el propio Jesús “nos piden responder siempre a la inhumanidad del mundo con la respuesta creativa y comprometida del amor”, e invitó a “revitalizar y fortalecer las comunidades locales, que es la propuesta pastoral que les hice en Pentecostés de este año. Se trata de redescubrir la experiencia de la comunidad, del caminar juntos, del encuentro, el diálogo y la fraternidad, como lugar en el que Dios hace surgir algo nuevo y mejor”.
“La experiencia de la comunidad es un modo de vivir el cristianismo ciertamente muy frágil y pobre. La comunidad se construye con esfuerzo y con paciencia, con generosidad y con entrega. No es un camino de facilidad… pero encierra una gran promesa: es el Evangelio de la sencillez y la debilidad humana, donde se manifiesta la fuerza de Dios”, agregó.
Y subrayó: “La fuerza de la comunidad no está en ella misma, sino en la Palabra de Dios que la hace vivir. Si confiamos en su promesa, anunciaremos con coraje y con confianza”.
Por eso, finalizó, “en este día, junto a la Virgen, quisiéramos renovar nuestra fe en Dios y en el poder de su palabra, en la potencia del Evangelio anunciado y vivido. Y con la Virgen nos ponemos en camino”.+