La catedral de Resistencia celebró sus fiestas patronales

El arzobispo de Resistencia, Mons. Ramón Dus, presidió la Eucaristía por la fiesta patronal de la catedral de San Fernando y Santo Cura Brochero.

El arzobispo de Resistencia, monseñor Ramón Dus, presidió el domingo 27 de agosto la misa por la fiesta patronal de la catedral de San Fernando y Santo Cura Brochero, que fue concelebrada por el párroco y por otro sacerdotes locales. También participó un gran numero de fieles de esa comunidad, que peregrinaron por las calles aledañas al templo.

En la homilía, el prelado recordó la importancia de “vivir nuestra fe desde nuestra identidad cristiana y también católica, creyendo en esta presencia misteriosa pero real de Dios”.

“En esta fiesta de San Fernando y del Santo Cura Brochero, nos preguntamos '¿cómo asumo y veo esta realidad que somos en la Iglesia?', justamente para decir que somos responsables de esta gracia, somos conscientes de este don, para saber agradecer el don con la entrega de nuestra vida, de mi propia vida, de mi servicio”, continuó.

Además, señaló que “estos patronos, con los misioneros de la parroquia, han salido también al encuentro, y justamente el modo que tenemos nosotros de testimoniar y agradecer a Dios lo que somos es un modo de comunicarlo, de también participar de nuestra misma experiencia, para agradecer y porque así nos enriquecemos en nuestra propia experiencia de vida, se fortalece nuestra fe”. “Dando crecemos, dando de nosotros mismos vivimos, testimoniando nuestra fe con los desafíos que significa, vamos ahondando esa experiencia de Jesús”, agregó.

En este día, dijo, “pedimos la gracia de hacernos eco de esta realidad que somos, para sentirlo realmente como una exigencia de amor hacia Dios, hacia Jesús y también como una exigencia de amor hacia los demás”.

“Nuestro compromiso con los demás, con nuestra gente y también en nuestra ciudad es parte de nuestro compromiso concreto de cristianos. Nuestra identidad nos ayuda a vivir con fidelidad esta fe, y sabiendo que el don de Jesús, su Palabra, el testimonio de amor y nuestras obras es lo que realmente dignifica a los otros y a nosotros”, destacó.

En tanto, afirmó que, en el diálogo, “tenemos que mantener nuestra identidad con sinceridad y saber comunicar. No se puede dialogar imponiendo, con violencia o cerrándose. La dimensión de comunión y fraternidad parte desde nosotros, y la identidad se fortalece abriéndose, compartiendo”.

Y finalizó: “En este día que celebramos a nuestro patrono y en el que el Evangelio nos invita a confesar de corazón cuál es el Cristo en el cual creemos, le pedimos a Jesús que nos abra el corazón de su Padre, para que nos lo revele con más vivencia y experiencia personal, y eso se realiza si abrimos el corazón, si nos disponemos a dejarnos conducir, si dejamos que Dios nos guíe con confianza y más allá de la conciencia de la condición humana que tenemos unos de otros”.