Mons. Mestre: 'Aceptar que el silencio de Dios es parte de su pedagogía'

  • 23 de agosto, 2023
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El administrador diocesano de Mar del Plata animó, "ante el silencio o el aparente silencio de Dios, a insistir, ser perseverantes en nuestro ruego, súplica e intercesión, como la mujer cananea".

El administrador diocesano de Mar del Plata y arzobispo electo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, reflexionó a la luz de las lecturas de la Palabra compartida el domingo 20, y propuso tres puntos para reflexionar, en torno a tres palabras clave: silencio, perseverantes, fe.

El silencio de Dios
En el primer punto, el prelado aseguró que, “muchas veces, Dios hace silencio en nuestra vida. No responde de forma directa a nuestros interrogantes. El silencio de Dios ante el sufrimiento, ante los miedos, las incertidumbres. En medio de la vida, más de una vez, muchas personas hemos experimentado el silencio de Dios”. 

La tentación, dijo, “es bajar los brazos y apartarse, dejar de implorar. El silencio de Dios en nuestra vida. ¡Qué difícil es comprender que el silencio, la no respuesta puntual, es parte de la pedagogía divina!”.

El arzobispo electo de La Plata animó a preguntarse “cómo reacciono ante el silencio de Dios en mi vida o en la de mis hermanos”, si “acepto que el silencio es parte de Su pedagogía”, y si “he aprendido algo del silencio de Dios en mi vida”.

Perseverantes en la oración
Como segundo punto, señaló que, “ante el silencio o el aparente silencio de Dios, hay una única alternativa: insistir, ser perseverantes en nuestro ruego, súplica e intercesión”.

“¡La mujer cananea es modelo claro de perseverancia en la oración, en la fe, en la confianza en el poder del Señor! Que la podamos imitar en todo momento, especialmente cuando experimentamos el silencio de Dios”, subrayó.

Y preguntó: “¿Soy perseverante en mi oración a Dios? ¿Descubro cada día que tengo que insistir en mi súplica a Dios. aunque tenga la sensación de que no me escucha? ¿Soy capaz de entender que Él está presente en mi vida siempre, aunque yo no lo perciba? ¿Ayudo a otras personas para que sean perseverantes en la oración?”.

¡Qué grande es tu fe!
Como tercer y último punto, destacó que “Jesús cambia de perspectiva y de tiempos por el impacto de la fe de la mujer cananea. Ella percibió con claridad que Jesús era realmente el Mesías y no vaciló en insistir hasta el final, incluso con la respuesta al refrán que el Señor mismo le plantea. Jesús alaba su fe y, por lo tanto, nos invita a revisar nuestra propia fe, nuestro camino de fe. Mirar y descubrir cómo estamos en este tema”. 

“Incluso, aunque seamos personas de Iglesia y de mucho tiempo de Iglesia, tenemos que revisar siempre nuestro camino de fe. La mujer cananea es un verdadero modelo de fe, que nos cuestiona y nos invita a renovar nuestra confianza en Dios”, finalizó.+