Mons. Fernández se despidió y bendijo en nombre del Papa a la comunidad platense

  • 6 de agosto, 2023
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El prefecto electo del Dicasterio para la Doctrina de la Fe celebró su última misa en la catedral local. "Realmente quise vivir aquí, este fue mi lugar en el mundo estos cinco años", afirmó.

El designado prefecto del Dicasterio para Doctrina de la Fe, cardenal electo Víctor Fernández, celebró el sábado 5 de agosto su última misa como arzobispo de La Plata en la catedral local, donde expresó: "Quise reunirlos para orar por ustedes, porque yo vine aquí para ustedes. Quiero ofrecer esta misa por ustedes, para bendecirlos. Y le pedí al Papa Francisco que me permita bendecirlos en su nombre".

Concelebraron la Eucaristía, los obispos auxiliares de esta arquidiócesis, monseñor Jorge González, monseñor Federico Wechsung y monseñor Alberto Bochatey OSA, secretario general del Episcopado; el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara; el obispo de Quilmes, monseñor Carlos Tissera; el obispo emérito de Bahía Blanca, monseñor Guillermo Garlatti; el obispo emérito de Venado Tuerto, monseñor Gustavo Help; junto con el clero local. 

Participaron de la celebración una multitud de personas que se congregaron desde diversos barrios y comunidades parroquiales, religiosos, religiosas, seminaristas, diáconos, jóvenes de diferentes grupos scouts, seminaristas, diáconos, representantes de otros credos, laicos, miembros de instituciones educativas, y autoridades locales, provinciales y nacionales.

En la homilía, expresó: "En estos cinco años hemos vivido tantas cosas, angustias y alegrías que nos han unido, y sé que a través de mí también han quedado cosas buenas, pero ahora el Espíritu Santo quiere comenzar otra etapa con ustedes y para eso envía un nuevo pastor, con sus dones, sus carismas, sus capacidades".

"Gracias por la presencia de todos ustedes, especialmente por la gente de los barrios más alejados. He ido con tanto gusto a visitarlos y a compartir la misa con ustedes en los distintos barrios, donde he encontrado mucha fe y mucho cariño cristiano", reconoció.

Recordó que "cuando en la adolescencia, en mi pueblito del interior, empezaba a brotar el sueño de ser cura, mi idea era ayudar a otros a vivir mejor. Era chico, pero ya veía que el Evangelio de Cristo puede hacer tanto bien. Por ejemplo, iba a visitar a una anciana ciega y abandonada por todos, y le leía cuentos, historias, y podía ver en su rostro qué cosas le provocaban una sonrisa. Entonces poco a poco comencé a seleccionar mejor lo que le leía porque ya sabía lo que la haría sonreír".

"Así descubrí una felicidad que no encontraba en otras cosas de este mundo. Más todavía cuando podía reconocer en ella a Jesús", agregó. Eso mismo, dijo, "vivirán ciertamente los sacerdotes, los catequistas, los misioneros, los docentes, los agentes de Cáritas, los que ayudan a la gente en situación de calle, todos los que hacen presente el Reino de Dios".

El futuro prefecto señaló que "a veces he recibido quejas cuando me he referido a los derechos de los más pobres. Pero para mí es inevitable hacerlo, es parte inseparable de mi sacerdocio. Yo no soy ningún modelo de compromiso, pero toda la vida me taladró eso en la mente y en el corazón: 'Tucho, no te olvides de los pobres'. ¿Qué quieren que le haga?".

"Pero hoy -destacó- quise reunirlos para orar por ustedes, porque yo vine aquí para ustedes. Quiero ofrecer esta misa por ustedes, para bendecirlos. Y le pedí al Papa Francisco que me permita bendecirlos en su nombre, como pastor universal. Porque la vida sigue, y ya está nombrado el nuevo pastor, para una nueva etapa de esta arquidiócesis". 

Monseñor Fernández agradeció a los obispos auxiliares y a los sacerdotes por su "paciencia conmigo y porque cada uno se entrega a su modo, con la gratitud de haber recibido un llamado tan lindo del Señor. Si a veces los he cansado con mis insistencias ha sido por un sincero amor a esta arquidiócesis que ha sido mi esposa estos cinco años. Realmente quise vivir aquí, este fue mi lugar en el mundo estos cinco años, y traté de viajar lo menos posible para estar aquí".

Además, agradeció a las religiosas y a los laicos "que tantas veces y con tanta generosidad le ponen el hombro a la Iglesia, le regalan su esfuerzo, su entrega y su amor para construir el Reino sin asco y sin miedo". "Quiero agradecer además a las autoridades provinciales y municipales por la relación cordial y de colaboración que pudimos sostener, y a las distintas instituciones de la sociedad que trabajan por el bien de todos".

Por otra parte, pidió perdón "por el bien que pude hacer y no hice. Pero me alegra saber que me sucede monseñor Gabriel Mestre, un obispo con experiencia en otra diócesis, joven, con muchas energías y creatividad, y que seguramente podrá avanzar en todo lo que yo no alcancé a hacer en estos años".

Finalmente, Fernández recordó que "ahora, tengo el honor, el gran honor de ir a acompañar a Francisco en esta etapa de su vida, sabiendo que no le llego ni a la suela de los zapatos, pero cuento con su confianza y eso es lo que importa".

"Los quiero mucho. Les dejo a todas y a todos un fuerte abrazo y les deseo lo mejor", concluyó.+

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