Cuidado de la Creación: el Card. Czerny llamó a 'cambiar la forma en la que vivimos'
- 31 de julio, 2023
- Lisboa (Portugal) (AICA)
El prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral realizó su exhortación en la apertura del IV Congreso Internacional sobre el Cuidado de la Creación, en el marco de la JMJ Lisboa 2023.
En el marco de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, que comienza mañana, 1º de agosto en Lisboa, el Movimiento Laudato si’ organizó el IV Congreso Internacional sobre el Cuidado de la Creación en la Universidad Católica Portuguesa. El Congreso fue pensado como un encuentro entre jóvenes y expertos, quienes este lunes 31 de julio ofrecen sus reflexiones acerca de la realidad climática actual y sobre cómo ser artífices del cuidado de la Casa Común.
El cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, en la apertura del Congreso, reflexionó, a la luz de la encíclica Laudato si’, acerca del compromiso de los jóvenes con la ecología integral, así como sobre los estilos de vida requeridos “para una nueva humanidad”.
“Es un tema con un tono sorprendentemente profético”, dijo Czerny, “porque se relaciona directamente con el punto crucial de la historia: estos tiempos que se llaman del antropoceno”.
De esta manera, el purpurado explicó que el antropoceno “es una nueva época geológica, que nombra un asombroso punto de inflexión en la historia de nuestro planeta”, ya que “nunca antes el homo sapiens había vivido en una época así”, en la que, “de una manera abrumadora”, los humanos “han alterado significativamente todos los sistemas de la tierra: la atmósfera, los océanos, los continentes y los ecosistemas, toda la comunidad de vida en la tierra”. Y, como consecuencia de ello, “ahora estamos experimentando tendencias inquietantes: el hielo está desapareciendo, los océanos son más cálidos y ácidos, el nivel del mar aumenta, hay un clima extremo que lleva a sequías, inundaciones y eventos catastróficos como incendios forestales”.
“La actividad humana, que causa las emisiones de gases de efecto invernadero, es la causa del calor excesivo”, continuó el cardenal Czerny, subrayando que, por ello, “más de 90 países ya han firmado los Acuerdos de París y han establecido objetivos para alcanzar emisiones netas cero para mediados de siglo”. Sin embargo, “lo que se está haciendo no es suficiente y los resultados no alcanzan el objetivo. Así que las cosas empeorarán”.
“El Papa nos ayuda a pensar esto humana, espiritual y teológicamente”, agregó el prefecto, ya que, en la encíclica, Francisco “reformula la enseñanza de la Iglesia sobre la Creación, sobre el entorno natural, que es nuestra cuna única de vida orgánica, al resaltar el hecho muchas veces ignorado de que los humanos son una parte integral del sistema de la Tierra y ahora están dando forma colectivamente a su futuro”.
“En estos tiempos sin precedentes”, aseveró el purpurado, “estamos llamados, por el Creador y por el Evangelio, a cambiar la forma en que vivimos, actuamos y oramos”. Además, Czerny apuntó que “estos tiempos están tan necesitados de nuevos significados, valores frescos y, sobre todo, ejemplos vivos de personas, comunidades e instituciones que encarnan una nueva humanidad”.
“El Papa Francisco nos dice, con sencillez y contundencia, que la humanidad tiene que cambiar y más aún, convertirse”, subrayó. En este sentido, no deja de lado que, “si verdaderamente nos preocupamos por desarrollar una ecología capaz de remediar el daño que hemos hecho, ninguna rama de las ciencias y ninguna forma de sabiduría puede quedar fuera”. Asimismo, “el respeto debe extenderse también a las religiones y a las riquezas culturales y espirituales de los diferentes pueblos”. Esto, a su vez, “nos impulsa a prestar cada vez más atención a las interconexiones entre los distintos elementos que componen el mundo, de los que depende el delicado equilibrio que hace posible nuestra supervivencia y la de todas las especies vivas”.
Nueve acciones concretas
Para lograr emisiones netas cero, el cardenal Czerny señaló que “se necesita una transformación rápida en todos los sistemas globales: cómo impulsamos nuestras economías, cómo transportamos personas y bienes, cómo alimentamos a una población en crecimiento y que envejece”. Para ello, señaló algunos de los principales cambios necesarios:
- Lograr cero emisiones para mediados de siglo. Este es el objetivo principal del esfuerzo climático global. Significa una transición seria y rápida de una economía de combustibles fósiles a una economía de energía limpia. Cada nación y cada sector tiene que hacerlo sin demora.
- Bosques y hábitats protegidos. Detener la deforestación, especialmente en cuencas hidrográficas de importancia mundial como la Amazonía y el Congo; plantar árboles para aumentar el enverdecimiento de la tierra y una menor tasa de de carbono.
- Proteger las costas oceánicas de la erosión mediante la plantación de manglares. Para proteger la biodiversidad y detener la degradación de los ecosistemas, muchos países piden la protección del 30 % de los entornos terrestres y marinos para 2030 y las Naciones Unidas han designado los próximos 10 años como “La Década de la Restauración”.
- Ciudades en transformación. Las ciudades, que ahora albergan a más del 57 % de la población mundial, ocupan el 3 % de la superficie terrestre, pero son responsables de la mayor parte del consumo mundial de energía y de la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se necesita un enfoque holístico que analice sistemas urbanos completos, para ayudar a preparar a las ciudades para un futuro sostenible y equitativo. Las ciudades amigables con las personas requieren más transporte público, y la posibilidad de trasladarse en bicicleta y caminando.
- Transporte. Un cambio rápido a muchos menos automóviles privados y a combustibles más ecológicos para todos los modos de transporte.
- Agricultura regenerativa. Produce alimentos de una manera que nutre y restaura la salud del suelo, secuestra carbono y protege el clima, los recursos hídricos y la biodiversidad.
- Economía y finanzas responsables con la Tierra. Llamamiento a una economía y finanzas responsables, en lugar de la frenética búsqueda de ganancias que ignora el bien común en la naturaleza y la sociedad.
- Educación. Tanto los docentes como los educandos, comprometidos con la educación ambiental, deben ser capaces de ayudarse a sí mismos y a todos “a crecer en la solidaridad, la responsabilidad y el cuidado compasivo” dentro de la gran red de la vida.
- Tu papel, dondequiera que estés, en la ecología integral. Religiosos o no, podemos estar de acuerdo hoy en que la tierra es una herencia compartida, cuyos frutos están destinados a beneficiar a todos. Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al Creador, ya que Dios creó el mundo para todos.+