Primer taller de 'conversión espiritual' en Avellaneda-Lanús
- 28 de julio, 2023
- Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
Participaron 85 personas de diversas comunidades, movimientos y pastorales, quienes profundizaron acerca de los métodos para fortalecer el diálogo, la cercanía y la escucha.
Unas 85 personas de diversas comunidades, movimientos y pastorales de la diócesis de Avellaneda-Lanús participaron de la jornada de formación “Conversión Espiritual”, que se realizó el sábado 8 de julio en el colegio Sagrado Corazón de Lanús.
La jornada fue coordinada por el grupo San José de la parroquia Cristo Salvador, que ofreció sus servicios y participó de la charla inicial, junto con dos representantes de la Pastoral Juvenil diocesana, quienes animaron el primer momento de oración, y un miembro de la ACA, que contribuyó con la animación musical. También participó el obispo local, monseñor Marcelo Margni.
El encuentro inició con una oración de invocación al Espíritu Santo y luego continuó con la charla formativa a cargo de la doctora Marcela Mazzini, sobre el método propuesto por el Papa Francisco para el camino sinodal, la conversión espiritual; y también sobre cómo fortalecer el diálogo en las comunidades parroquiales.
Entre las respuestas que surgieron entre los diversos grupos, los presentes señalaron que “tenemos un diálogo debilitado”. “El diálogo lo fortalecemos desde la cercanía, desde la escucha. Con escucha, confianza y entrega. Salir al encuentro, acercarnos a las familias, escucharlas, escuchar a otros grupos y aprender a confiar. Salir al encuentro, confiar, entrega al otro, actitud de escucha, ‘vaciarse’ de prejuicios, silencio”, agregaron.
Además, señalaron que para eso es “necesario reconocer la complejidad del diálogo y la necesidad de un amor profundo hacia nuestros hermanos para poder encararlo; favorecer los espacios de encuentro con el único fin de conocernos fraternalmente, porque no podemos amar a quienes no conocemos; conocer el dolor de cada uno para acercarnos a un diálogo profundo; ser pacientes para poder escucharlos; atrevernos a vaciarnos de nosotros mismos para que pueda resonar lo que los otros nos ofrecen; encarar el diálogo, tratando de pedir al Señor que nos oriente sobre lo que Él haría frente a tantas heridas; superar las dificultades, tratando de amar a las personas tal cual son, sin juzgarlas y sin condenarlas”.
Por otra parte, subrayaron: “Es necesario sostener procesos de diálogo entre las rivalidades, en los grupos y con líderes atornillados. Que los laicos se activen y se hagan cargo desde un lugar despojado del clericalismo. ¿Cómo?, reconociéndonos con igual dignidad de ser hijos de Dios, ya que somos hermanos, rostros. Es la presencia de Dios que nos hace familia. Aprendiendo y practicando esta nueva forma de conversación, de diálogo espiritual. Escuchándonos desde el Buen Espíritu, promoviendo el encuentro y dando lugar al diálogo”.
Asimismo, continuaron, es preciso “ofrecer en oración aquello que nos inquieta, y pedir al Espíritu Santo la guía para poder hablar o preguntar. Luego, fomentar el diálogo fraterno con los sacerdotes y el consejo de pastoral. Transmitir en la comunidad y promover esta herramienta delDiálogo Espiritual para poder salir a trabajar. Volver al Evangelio y a Jesús. Hay que construir un diálogo enamorando a los demás para que nos unamos”.
“También cada uno debe ponerse en el lugar del otro con amor, con ese amor que Dios nos da, con las luces y las sombras, recomenzar por amor con amor y ser el amor para el otro. El amor que nos lleve a la escucha; si nos cerramos no dejamos actuar al Espíritu Santo; invocarlo para responder aquello que nos sugiera su moción. Silencio interior ideal en estos momentos para escuchar su voz”, agregaron.
La jornada finalizó con la intervención de monseñor Margni, y los presentes agradecieron al equipo de animación y a todos los que colaboraron en el encuentro. “Percibimos que fue una experiencia que fue creciendo en hondura, participación y alegría en la jornada”, dijeron.
Y finalizaron: “Invitamos a todos los participantes a difundir la ‘conversación espiritual’ como herramienta de discernimiento comunitario y crecimiento sinodal, en cada una de sus comunidades locales, para fortalecer la vida pastoral de las mismas, como nos pide el obispo en sus orientaciones pastorales. Como equipo de animación sinodal, quedamos a disposición para aquellos que quieran conocer más de este método y de todo lo referido al Sínodo 2021-2024, por una Iglesia sinodal: comunión, misión y participación”.+