Mons. Ojea: 'Cuanta necesidad de aquellos que puedan ayudarnos a ver la luz'

El obispo de San Isidro invitó a pedirle a Dios tener dirigentes y sacerdotes que "puedan ayudar a los hermanos a encontrar un camino, este camino luminoso que nos regala el Evangelio de Jesús".

Monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro, destacó que “en el Evangelio vemos con claridad el trabajo de Jesús, caminando, recorriendo las ciudades, enseñando, predicando, anunciando el Reino, proclamando la Palabra y curando a los enfermos; impresionante la actividad de Jesús, continua”.

“Jesús no es un activista, Jesús sintetiza perfectamente la acción con la contemplación; Jesús sabe mirar lo más profundo del corazón de cada hermano, de cada hermana, por eso dice el Evangelio que sintió compasión de ellos, porque los vio abatidos y agobiados como ovejas sin pastor”, diferenció en su reflexión semanal.

“El corazón de Jesús se conmueve, el corazón de Jesús se involucra con el corazón del hermano, el corazón de Jesús padece con aquel que padece, pasa por sí mismo aquello que le pasa al otro, a la otra; por eso es tan particular esta compasión y los ve dispersos, los ve sin rumbo, los ve sin sentido, andar por cualquier lado”, describió.

El obispo sanisidrense consideró que esta descripción de las ovejas dispersas se parece al mundo en que vivimos, y planteó: “Cuanto desaliento, cuanta confusión, cuanto no saber a dónde ir, cuanta necesidad de aquellos que puedan ayudarnos a ver la luz, de aquellos que puedan ayudarnos a encontrar el camino, que puedan sostenernos, que puedan crear la atmósfera para que podamos juntos ver con claridad hacia dónde ir”.

“Qué necesidad inmensa tenemos de estas personas por las cuales el Señor nos invita a rezar en el Evangelio de este domingo: ‘Rueguen al dueño de la mies que envíe trabajadores para la cosecha’”, recordó. 

“Es curioso, dice para la cosecha; es decir, lo esencial ya está sembrado en el corazón de todos y de todas, lo esencial está sembrado por el Espíritu Santo; Él ha sembrado, ha regado, pero es necesario cosechar”. El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina afirmó que “el operario del Reino, el trabajador del Reino, aquel que trabaja en la mies, encuentra lo esencial ya hecho; lo que tiene que hacer es aprovechar aquellas capacidades que están ya sembradas, aprovechar la inmensa dignidad de los hermanos que los va a llevar a necesitar encontrar el camino y servir al bien común”.

“Esta capacidad de aquel que sirve al Reino, tenemos que pedirla, tenemos que implorarla al Señor porque hoy más que nunca necesitamos estas personas que puedan animar a alentar, colaborar, servir, no buscándose a sí mismos sino, con humildad, tener esta vocación comunitaria de poder ayudar a los demás a caminar en la luz y, con mayor seguridad, necesitamos estos líderes positivos”, expresó.

Hacia el final de su reflexión, monseñor Oscar Ojea invitó a pedirle “al dueño de la mies” tener dirigentes y sacerdotes que “puedan ayudar a los hermanos a encontrar un camino, este camino luminoso que nos regala el Evangelio de Jesús”.+