Nicaragua: El obispo Álvarez condenado a 26 años de prisión

  • 11 de febrero, 2023
  • Managua (Nicaragua) (AICA)
Mons. Rolando Álvarez, de 56 años, es el primero arrestado, acusado, condenado y despojado de su nacionalidad, desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007.

El obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, fue condenado este viernes a 26 años y 4 de meses de prisión tras ser declarado culpable por delitos considerados "traición a la patria" y fue despojado de su nacionalidad.

Monseñor Álvarez se negó a salir de Nicaragua para exiliarse en los Estados Unidos. Por ello, un tribunal nicaragüense lo condenó, al día siguiente de negarse a abordar un avión junto a otras 222 personas, sacerdotes, seminaristas, opositores políticos o simples críticos del régimen. Una sentencia leída por un juez de la Corte de Apelaciones calificó a monseñor Álvarez, de “traidor a la patria” condenándolo a permanecer en prisión hasta 2049. 

El obispo de Matagalpa está acusado de “conspiración para atentar contra la integridad nacional y la propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüenses”. Se suponía que el juicio comenzaría el 15 de febrero, pero la sentencia llegó antes. Además del obispo, otros dos sacerdotes, Manuel García y José Urbina, del clero de la diócesis de Granada, siguen recluidos en las cárceles de Nicaragua.

Sacerdotes expulsados por "traidores a la patria"
En cambio, otros cinco sacerdotes, un diácono y dos seminaristas acusados de "conspiración" y condenados a diez años de prisión ya llegaron a los Estados Unidos, donde deberán obtener un permiso de residencia por un período inicial de dos años. Las ocho personas se encuentran entre aquellas para las que la Corte de Apelaciones de Managua ordenó "la expulsión inmediata y efectiva por haber cometido actos que atentan contra la independencia, soberanía y libre determinación de los pueblos, por incitar a la violencia, el terrorismo y la desestabilización económica". Los expulsados fueron declarados "traidores a la patria", sus "derechos ciudadanos suspendidos de por vida" y privados de la ciudadanía nicaragüense. 

Del arresto domiciliario a la cárcel
Monseñor Álvarez es el primer obispo detenido y sentenciado desde que el presidente Daniel Ortega retomó el poder en Nicaragua en 2007. Había sido sacado del palacio episcopal de Matagalpa la madrugada del 19 de agosto de 2022 por agentes policiales, junto a sacerdotes, seminaristas y laicos, luego de haber sido recluido forzosamente durante 15 días en la curia acusado de haber intentado "organizar grupos violentos con el objetivo de desestabilizar el estado nicaragüense y atacar a las autoridades constitucionales". Luego, el obispo fue trasladado a su residencia privada en Managua bajo arresto domiciliario, pero ahora fue trasladado a una prisión de máxima seguridad.

Las acusaciones de Ortega
Tras negarse a subir el avión, el presidente Ortega anunció anoche que monseñor Álvarez había sido trasladado de su residencia, donde guardaba prisión domiciliaria desde agosto pasado, al Sistema Penitenciario Nacional, conocido como la cárcel modelo de Nicaragua.

Ortega se pronunció sobre la sentencia de monseñor Álvarez en televisión nacional, calificó de "absurda" la posición del obispo y afirmó que está preso por "terrorismo". 

Ortega tildó a obispo de tener un "comportamiento de soberbia de quien se considera ya el jefe de la Iglesia (católica) de Nicaragua, el líder de la Iglesia latinoamericana y que debe incluso pensar en ocupar el cargo de su santidad, el papa Francisco, por negarse a irse a los Estados Unidos. 

"Está desquiciado, pero bueno, eso ya lo deberán determinar las autoridades judiciales y las autoridades médicas que tendrán también que atenderlo, porque ahora que llegó a la (cárcel) modelo, llegó que era un energúmeno", dijo anoche Ortega.

Hollerich: "Liberen al obispo y a los demás presos"
El cardenal Jean-Claude Hollerich denunció la falsedad de las acusaciones en una carta fechada el 6 de febrero y dirigida a monseñor Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua. En la misiva, el cardenal que preside la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (Comece), tomó posición sobre la situación en Nicaragua, expresando la solidaridad de los obispos de la Unión Europea con la Iglesia Católica del país centroamericano” que se enfrenta a un profundo sufrimiento como consecuencia de la persecución del Estado". 

El cardenal Hollerich denuncia el empeoramiento de la situación con hechos recientes como “el cierre de emisoras de radio católicas, la obstrucción del acceso a las iglesias por parte de la policía y otros actos graves que perturban la libertad religiosa y el orden social”.+