El Papa, sobre Benedicto XVI: "Su persona, tan noble y bondadosa"
- 31 de diciembre, 2022
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En las vísperas de la fiesta de la Santa Madre de Dios, en la Basílica de San Pedro, Francisco recordó al papa emérito y agradeció a Dios por "haberlo entregado a la Iglesia y al mundo".
"Gratitud", es el sentimiento central expresado por el papa Francisco en la homilía del tradicional Te Deum de fin de año, en la que recordó la figura del papa emérito, fallecido esta mañana a los 95 años en el Monasterio Mater Ecclesiae.
Refiriéndose a la virtud de la bondad “como estilo de vida que favorece la fraternidad y la amistad social”, el Santo Padre afirmó: “Y hablando de bondad, en este momento, nuestro pensamiento se dirige espontáneamente al queridísimo papa emérito Benedicto XVI, quien esta mañana nos dejó. Con emoción recordamos su persona, tan noble y bondadosa. Solo Dios conoce el valor y la fuerza de su intercesión, de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la Iglesia”, expresó.
“Y sentimos tanta gratitud en nuestros corazones”, continuó Francisco, y especificó: “Gratitud a Dios por haberlo dado a la Iglesia y al mundo; gratitud a él, por todo el bien que ha hecho y, sobre todo, por su testimonio de fe y oración.
La amabilidad, una virtud "a recuperar y ejercitar todos los días"
Francisco presidió la celebración de las primeras Vísperas de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, que concluyeron con el tradicional himno de acción de gracias, el ‘Te Deum’. Y la amabilidad fue el tema elegido por el Santo Padre en esta celebración, en la que tradicionalmente el pontífice envía un mensaje a la capital italiana.
Tras dedicar esas palabras al papa emérito, Francisco volvió a proponer “la amabilidad como virtud cívica, pensando en particular en nuestra diócesis de Roma”.
“La amabilidad es un factor importante en la cultura del diálogo, y el diálogo es indispensable para vivir en paz, como hermanos y hermanas que no siempre se llevan bien - es normal - pero que, sin embargo, se hablan, se escuchan y tratan de entenderse”, subrayó el pontífice.
Para el Santo Padre, la amabilidad es una virtud “a recuperar y ejercitar todos los días, para ir a contracorriente y humanizar nuestras sociedades”.
Asimismo, el Papa alertó acerca de los daños del individualismo consumista, que está presente en nuestras sociedades y tiende “a ser agresivo”.
“Sin embargo -dijo- precisamente dentro de estas sociedades nuestras, e incluso en las situaciones más difíciles, hay personas que demuestran que 'todavía es posible elegir la amabilidad' y así, con su estilo de vida, "se convierten en estrellas en medio de la oscuridad”.
"Gracias a Dios, aún quedan personas amables"
“La amabilidad es un antídoto contra algunas patologías de nuestras sociedades: contra la crueldad, que lamentablemente puede insinuarse como veneno en el corazón y envenenar las relaciones; contra la ansiedad y el frenesí distraído, que nos hacen concentrarnos en nosotros mismos y aislarnos de los demás", expresó el pontífice.
"Estas 'enfermedades' de nuestra vida cotidiana nos vuelven agresivos e incapaces de pedir 'permiso', o esbozar un 'disculpe', o simplemente decir 'gracias'. Y así, cuando nos encontramos con una persona amable en la calle, o en un negocio, o en una oficina, nos quedamos asombrados, nos parece un pequeño milagro, porque lamentablemente la amabilidad ya no es muy común. Sin embargo, gracias a Dios, aún quedan personas amables, que saben dejar a un lado sus preocupaciones para prestar atención a los demás, regalar una sonrisa, una palabra de aliento, escuchar a alguien en quien hay que confiar, desahogarse”, afirmó el papa Francisco.
Volviendo a reflexionar sobre la ciudad de Roma, Francisco deseó “a todos los que vivimos aquí que crezcamos en esta virtud: la amabilidad. La experiencia enseña que, si se convierte en un estilo de vida, ell puede crear una sana convivencia, puede humanizar las relaciones sociales, disolviendo la agresión y la indiferencia”.+