Mons. Colombo advirtió sobre un abatimiento general "que pesa" en la sociedad
- 7 de diciembre, 2022
- Mendoza (AICA)
Frente a esto, el arzobispo de Mendoza consideró que una prioridad pastoral es animar a la gente a participar, a hacer un aporte desde su lugar, desde donde vive, se desarrolla y se desempeña
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, concedió una entrevista al portal de noticias MDZ Online, en la que se refirió a la situación sociopolítica del país, advirtió sobre un abatimiento general de los argentinos “que pesa” y lamentó que "se haya anticipado peligrosamente" el año electoral.
Al ser consultado sobre cómo percibe la situación económica, social y política del país, el arzobispo mendocino respondió: “Efectivamente estamos viviendo un momento difícil. En general, se percibe mucha preocupación, sobre todo lo que tiene que ver con el bajo poder adquisitivo de los salarios, el crecimiento de los precios”.
“También algunas inquietudes que afronta la gente de a pie, como puede ser el pago de los alquileres o la cuota que se le disparó de los créditos UVA, o también lo que puede llegar a ser el tema laboral. Hay distintos indicadores que llaman a estar preocupados”, agregó.
Monseñor Colombo habló también de “una crisis espiritual”, y explicó: “Hay un momento de decaimiento grande en la población que tiene que ver por un lado con una desconfianza de todo lo que nos llega a través de la comunicación, de la información, y a la vez como una especie de relación traumática con los datos de la realidad”.
“Porque todos nos golpean en el sentido de seguir desconfiando. Y es muy difícil construir sin confianza en los vínculos entre los ciudadanos y los poderes públicos, ni en los de los ciudadanos entre sí. Creo que es un tiempo donde todo nos invita a buscarle la vuelta para el reencuentro”, opinó.
“Hay un abatimiento general que pesa. Y sobre todo esta sensación de que cada vez es peor y que lo que tiene que ver con las expectativas respecto a la evolución de la dinámica institucional o los procesos políticos que, en vez de mejorar, nos desilusionan o nos llaman a un descreimiento”, expresó. Y consideró que, como pastor, “está la preocupación por animar a la gente a participar, a tener confianza también en las propias fuerzas, de poder hacer un aporte allí donde uno está, donde uno vive, donde uno se desarrolla, se desempeña”.
En relación a qué hay que hacer para superar las grietas que hay en el país, el arzobispo contestó: “A mí me parece que es la dinámica de dos. La lógica de la comunicación que veo en muchos aspectos es la dinámica de gritarse, gritarse cada vez más fuerte y nadie escucha lo que el otro quiere decir. Y esto es desesperante y a la vez es absolutamente inútil, porque nos deja exhaustos y más pobres que antes, más pobres humanamente”.
Asimismo señaló, entre otras prioridades y preocupaciones en el plano social, la necesidad de crear “fuentes genuinas de trabajo” y “el achicamiento de los gastos de la política”. “Quizás una racionalidad en los gastos de la política que no vaya en desmedro de la participación, sino en lo que significa a nivel sueldos o a nivel de volumen de empleo, de funcionarios o de redimensionamiento de algunas carteras. Eso en todos los niveles. Después, soy un poco menos experto en los temas de la economía, pero imagino que todo tiene que ver también con la confianza en el peso, y también con ciertas políticas de especulación”, precisó.
Monseñor Colombo también lamentó que “se haya anticipado peligrosamente el tiempo electoral, y hayamos desgastado unas energías infinitas”, y reflexionó: “Hubiera sido muy importante en este año buscar consensos. Las mayorías y las minorías, que son circunstanciales, tienen que tener la capacidad de valorar al otro. Si yo pienso que voy a gobernar por 100 años y no escucho a otros sectores, corro el riesgo de perder la oportunidad de escuchar alertas importantes".
“Este es un año para construir consensos. La política exige jugar todos los tiempos, pero no se puede descuidar construir el pago chico. Todos los actores tenemos que ponernos al hombro esto, pero no cerrarnos los oídos y no enojarnos si los datos no son los esperados”, concluyó.+