Mons. Azpiroz Costa: "Ser medicina de Dios, el bien, el alivio y la salud de los demás"

  • 24 de noviembre, 2022
  • Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de Bahía Blanca predicó sobre la realeza de Cristo y sobre san Artémides Zatti, nuevo patrono de la Pastoral de la Salud.

El domingo 20 de noviembre, el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor fray Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP, en su homilía por la solemnidad de Cristo Rey, además de referirse a las lecturas propias y al marco histórico en que se creó esta fiesta, dedicó unas palabras a san Artémides Zatti, nombrado en la misma ceremonia patrono de la Pastoral de la Salud de la arquidiócesis.

De esa manera, el prelado dominico expuso: “Las motivaciones humanas y la elección divina van juntas, pero siempre sabemos que es Dios quien conduce la historia. Porque no solo lo nombran rey a David, reconociendo que Dios lo quiere como rey, sino que en él reconocen también a su descendencia, de la cual vendrá el Mesías”.

Luego, el arzobispo se refirió a la lectura de la carta a los colosenses: “Se nos señala, en ese himno tan bello, la preexistencia divina, la humillación en la carne de la Palabra, que se hizo uno de tantos, se hizo uno como nosotros, y la glorificación celestial: Jesús recibe la gloria que tenía Él desde antes del inicio de la creación”.

A continuación, el prelado hizo una referencia a la “Guerra de los Cristeros”: “Esta fiesta de Cristo Rey la proclamó Pío XI en 1926, tocado en su sensibilidad por la cantidad de muertes que en México había habido en defensa de Cristo Rey. Muchos de esos mártires murieron con el grito: ‘¡Viva Cristo Rey!’”.

Y en relación con el texto de san Lucas, sostuvo: “Hay algo que sorprende del Evangelio de hoy, y es una especie de insulto. Jesús está clavado en la cruz, no puede ni gesticular, ya no puede hablar, ya no tiene fuerzas, y sin embargo ese título que le clavaron arriba: ‘Jesús Nazareno, Rey de los judíos’, tiene más valor que nunca en la Providencia de Dios, a pesar de ser una burla de las autoridades religiosas y políticas”.

Acto seguido, subrayó la oposición entre la frase desafiante del mal ladrón (“Si Tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros”) y la actitud del buen ladrón, que es “un creyente en medio del dolor, que intuye en una fe muy rudimentaria Quién es Jesús; y dulcemente, en el momento de su muerte, el buen ladrón llama al Señor por su nombre: ‘Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino’. ‘Hoy estarás conmigo en el reino’”.

Como corolario, el arzobispo de Bahía Blanca se refirió al flamante patrono de la Pastoral de la Salud de la arquidiócesis, san Artémides Zatti: “Él ha vivido en estas calles. Luego, enfermo de tuberculosis, fue llevado a Bernal. Él quería ser sacerdote; su enfermedad se lo prohibió. Ahí, en Bernal, conoció al beato Ceferino Namuncurá. La enfermedad lo llevó a la muerte a Ceferino, pero él prometió a la Virgen, a María Auxiliadora que, si sanaba, iba a servir: ‘Prometí, creí, sané’. Y se puso a sanar a los demás”.

Después de referir algunas anécdotas de san Artémides, citó algunas de sus frases: “A Dios no le pido que me traiga las cosas (dinero, ayuda…), sino que me diga dónde están: yo las voy a ir a buscar”; “El dinero, o sirve para hacer el bien, o no sirve para nada”; “Siempre es un buen negocio prestarle dinero a Dios”.

Ya finalizando su homilía, monseñor Azpiroz Costa reflexionó, en relación con el nuevo patrono: “¡Qué importante ser uno mismo medicina de Dios! Crucificado con Cristo, ser medicina de Dios, el bien, el alivio y la salud de los demás”.+