Nigeria: un equipo de rescate liberó a un sacerdote secuestrado en 24 horas
- 21 de noviembre, 2022
- Abuja (Nigeria) (AICA)
El padre Cyril Okafor había sido secuestrado el 15 de noviembre, en el Centro de Adoración del Espíritu Santo, en Igboukwu.
Aproximadamente 24 horas después de su secuestro, el sacerdote Cyril Okafor, del estado de Anambra (Nigeria), fue rescatado por el equipo de vigilancia de la comunidad de Umueri.
El sacerdote había sido secuestrado el martes 15 de noviembre por la tarde, en los alrededores del Centro de Adoración del Espíritu Santo, en Igboukwu (Anambra.)
Según el presidente de la comunidad de Umueri, el general Johnny Chukwudi Metchie, “tras capturarlo, los secuestradores lo llevaron a Enugu y luego a Nteje, donde esperaban tenerlo retenido en la habitación de un hotel, pero este estaba lleno. Por tal motivo, lo trasladaron a Otuocha y lo mantuvieron en un edificio abandonado, a la espera de que su familia pagara el rescate”.
Sin embargo, miembros del Umueri Vigilante Group lograron interceptar a uno de los secuestradores del sacerdote, que luego los condujo al lugar donde estaba cautivo, y allí lograron liberarlo.
El episodio demuestra el importante papel del Grupo de Vigilantes Umueri, asociado con la Policía Federal nigeriana para luchar contra la delincuencia en el estado de Anambra.
Las operaciones de los vigilantes no son totalmente independientes de la policía y otros organismos de seguridad. Por ejemplo, cuando algunas personas fueron secuestradas en Anambra en 2019, el Comandante de Operaciones del Escuadrón Especial Anti-Robo del Estado de Anambra (OC SARS) solicitó específicamente la ayuda de los vigilantes, para poder encontrar a las personas secuestradas.
Los vigilantes han sido recientemente reconocidos oficialmente por el Gobierno de ese estado nigeriano. De hecho, un proyecto de ley incluye en el presupuesto remuneraciones para ellos, convirtiendo así a la organización en un grupo de seguridad reconocido y pagado por el gobierno. También hay grupos similares en otros estados de la Federación nigeriana, ya que la policía federal no puede garantizar por sí sola la seguridad del interior del país (más de 924.000 km2), poblado por más de 200 grupos étnicos, con costumbres y tradiciones diferentes.
Las unidades de vigilancia no sólo proporcionan seguridad mediante patrullas, sino que también actúan como guardias de seguridad en eventos sociales como funerales, bodas, ceremonias tradicionales y religiosas, etc.
Sin embargo, el fenómeno de los vigilantes también tiene implicaciones negativas, como la corrupción de sus miembros, el uso excesivo de la violencia e incluso las ejecuciones extrajudiciales. Los obispos nigerianos han advertido que el uso de grupos de autodefensa, combinado con sentimientos separatistas, puede generar impulsos centrífugos y dividir al país.+