El Papa en Barhréin: "La paz no solo se proclama, hay que arraigarla"
- 4 de noviembre, 2022
- Awali (Reino de Bahréin) (AICA)
En el marco de su visita a Bahréin, Francisco se reunió hoy, con el Consejo de Ancianos Musulmanes, en la mezquita del Palacio Real de Sakhir.
“El Dios de la paz nunca conduce a la guerra, nunca incita al odio, nunca favorece la violencia”. Lo dijo el papa Francisco en su discurso a los miembros del Consejo de Ancianos Musulmanes, en la mezquita del Palacio Real de Sakhir, después de haberse reunido en privado con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, quien es su presidente.
“Estamos llamados a promover la paz a través de instrumentos de paz, como el encuentro, la negociación paciente y el diálogo, que es el oxígeno de la convivencia común -subrayó el pontífice en su discurso-.
Entre los objetivos que se proponen está el de difundir una cultura de paz basada en la justicia. Quisiera decirles que este es el camino, de hecho, el único camino, ya que la paz 'es obra de la justicia'”.
Francisco reiteró que “la paz no sólo se proclama, sino que se arraiga”. Y esto es posible eliminando las desigualdades y la discriminación, que generan inestabilidad y hostilidad”. A continuación, agradeció al Consejo de Ancianos “por su compromiso en este sentido, así como por la acogida que me brindaron y por las palabras que me dirigieron”.
“Vengo a ustedes como creyente en Dios, como hermano y peregrino de la paz. Vengo a ustedes para caminar juntos, en el espíritu de Francisco de Asís”.
El Santo Padre recordó seguidamente el papel de los líderes religiosos: “Creo que cada vez más necesitamos encontrarnos, conocernos y tomarnos en serio, anteponer la realidad a las ideas y a las personas antes que las opiniones, apertura al Cielo antes que las distancias en la Tierra: un futuro de fraternidad frente a un pasado de hostilidad.
Nuestra Casa Común convertida en un gran arsenal
“El ser humano se ha distanciado del Creador y del orden establecido por Él”, advirtió Francisco en su discurso y añadió: “De ahí se originaron problemas y desequilibrios, que en la narración bíblica se suceden: “En suma, un torrente de mal y de muerte brotó del corazón del hombre, de la chispa maligna desatada por aquel mal que se agazapa a la puerta de su corazón (cf. Gn 4,7), para incendiar el armonioso jardín del mundo. Pero todo este mal tiene su raíz en el rechazo de Dios y del hermano: en perder de vista al Autor de la vida y en no reconocerse ya como guardianes de los hermanos”, observó el Papa.
Mirando los acontecimientos actuales, el papa Francisco explicó que "los males sociales e internacionales, los económicos y personales, así como la dramática crisis ambiental que caracteriza estos tiempos y sobre la que reflexionamos aquí hoy, provienen a fin de cuentas del alejamiento de Dios".
“Tenemos, pues, una tarea única e imprescindible -añadió-, la de ayudar a redescubrir estas fuentes de vida olvidadas, de hacer que la humanidad vuelva a beber de esta antigua sabiduría, de acercar a los fieles a la adoración del Dios de cielo y a los hombres para quienes hizo la tierra”.
Francisco indicó a los líderes religiosos los dos medios para lograr este fin: la oración y la fraternidad. “No debemos dejarnos tentar por otros instrumentos -advirtió el Papa- por atajos indignos del Altísimo.
Ser modelos ejemplares de lo que predicamos
“Ante estos trágicos escenarios, mientras el mundo persigue las quimeras de la fuerza, el poder y el dinero, estamos llamados a recordar, con la sabiduría de los ancianos y padres, que Dios y el prójimo están por encima de todo, que sólo la trascendencia y la fraternidad nos salvan a nosotros. Depende de nosotros desenterrar estas fuentes de vida, de lo contrario el desierto de la humanidad será cada vez más árido y mortal”, dijo el Papa.
El pontífice se explayó sobre las "tramas oscuras" y las "contradicciones dolorosas" vinculadas al comercio de armas. “Pensemos, por ejemplo, cuántas personas se ven obligadas a migrar de su patria debido a conflictos fomentados por la compra de armamento obsoleto a bajo precio, para ser identificados y rechazados en otras fronteras a través de equipos militares cada vez más sofisticados. ¡Y así se mata dos veces la esperanza!”.
El papa Francisco apeló a “una gran responsabilidad ante Dios y ante los hombres” que corresponde a los líderes religiosos “Debemos ser modelos ejemplares de lo que predicamos, no solo en nuestras comunidades y en casa -ya no alcanza- sino en el mundo unificado y globalizado. Los que descendemos de Abraham, padre en la fe de los pueblos, no podemos tener sólo en el corazón lo 'nuestro' sino que, cada vez más unidos, debemos dirigirnos a toda la comunidad humana que habita la Tierra”. Finalmente, el Papa advirtió de "un materialismo práctico y un consumismo paralizante" y advirtió “que entre los motivos que olvidan lo importante no se incluya nuestra negligencia, el escándalo de ocuparnos de otras cosas y no de anunciar al Dios que da paz a la vida y la paz que da vida a los hombres”.
“Hermanos y hermanas -concluyó el Papa su discurso- apoyémonos en esto mutuamente, demos seguimiento a nuestro encuentro de hoy, caminemos juntos. Seremos bendecidos por el Altísimo y por las creaturas más pequeñas y débiles que Él prefiere: por los pobres, los niños y los jóvenes, quienes después de tantas noches oscuras, esperan el surgir de un amanecer de luz y de paz”.+