Mons. Fernández: "El trabajo de los presos se convierte en una alabanza a Dios
- 2 de noviembre, 2022
- La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de La Plata visitó la unidad 1 de Olmos para bendecir las instalaciones en las que 450 internos e internas de diversas unidades carcelarias, trabajarán en cuatro polos de producción.
El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, visitó el martes 1° de noviembre la unidad 1 de Olmos para bendecir las instalaciones, animar y orar por los 450 internas e internos que trabajarán en cuatro importantes fábricas de las unidades 1 de Olmos, 32 de Florencio Varela, 47 de San Martín y en la 8 de mujeres de Los Hornos, capacitados en carpintería y técnica textil.
En diversas reuniones con el personal penitenciario, monseñor Fernández insistió en la dignidad del trabajo como factor de autoestima, de maduración, de reinserción y de esperanza para las personas que cometieron delitos. Esta preocupación se enmarca en la insistencia del papa Francisco cuando reafirma que “no hay peor indignidad que la que priva de la dignidad del trabajo”.
Frente a esos emprendimientos, el arzobispo platense se reunió con el ministro de Justicia y Derechos Humanos bonaerense, Julio Alak, a quien agradeció la concreción de esta iniciativa propuesta por diversos sectores en la Provincia.
Esos cuatro polos de producción en serie, que pasan de la formación al trabajo efectivo y suman más de 4.200 metros cuadrados, se convierten en el primer proyecto industrial a gran escala de América Latina, con tecnología de última generación.
El arzobispo de La Plata quiso destacar ese aspecto, porque no se trata de talleres pequeños y precarios, sino de auténticas fábricas, con producción de calidad, apta para su comercialización en los circuitos de venta al público y para proveer las necesidades de otros planes nacionales, como la fabricación de cunas para familias vulnerables y el plan de los 1000 días.
Por eso, intervinieron además, el ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica y la Comisión de Investigaciones Científicas, que diseñaron la línea productiva y certificaron los procesos de elaboración y el control de calidad final.
En sus palabras, monseñor Fernández insistió en la inmensa dignidad que tiene cada privado de la libertad por el hecho de ser humano, “ya que la dignidad humana no se pierde por los errores cometidos. Por eso mismo ellos tienen derecho a la posibilidad de trabajar, de desarrollar sus capacidades y ofrecerle algo a este mundo”.
Finalmente, recordó: “Dios, que ama infinitamente a cada ser humano, espera que cada uno de sus hijos crezca, se desarrolle, se levante de sus caídas y se sienta fecundo en la sociedad. Por eso, el trabajo de los presos se convierte en una alabanza a Dios”.+