La Iglesia en La Rioja tiene un nuevo diácono

  • 25 de octubre, 2022
  • La Rioja (AICA)
"Cultivar una actitud de clara cercanía con nuestro pueblo es fundamental", aconsejó Mons. Dante Braida al flamante diácono, Alexis Rosales, ordenado en la iglesia catedral de La Rioja.

El obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, ordenó el viernes 21 de octubre, en la iglesia catedral San Nicolás de Bari, a un nuevo diácono para la diócesis. Se trata de Alexis Rosales, un joven de familia de pastores de ovejas, que dio un nuevo paso camino al sacerdocio y que eligió el lema “Acércate y camina junto”.

Alexis tiene 31 años y es oriundo de un pueblo del oeste de la provincia, llamado Aicuña. Viene de una familia de artesanos que se dedicaban a los tejidos, la agricultura y la ganadería. Junto con su abuelo, Alexis se dedicó al pastoreo de ovejas en esa zona de La Rioja.

En Aicuña realizó sus estudios primarios y secundarios en el colegio N° 68 “Arsenio Salinas” (Ver AICA). Luego se radicó en Chilecito, donde estudió ayudante de cocina y repostería, profesión de la que vivió hasta su ingreso al seminario.

En su homilía, monseñor Braida destacó que, “con gozo estamos reunidos dando gracias a Dios por la vida y vocación del acólito Alexis Rosales y participando de su ordenación diaconal. Llegar hasta aquí es fruto de todo un camino recorrido de discernimiento vocacional, de crecimiento en las distintas etapas de la vida en las cuales el Espíritu Santo fue forjando su corazón de servidor del Reino de Dios y por ello servidor de su Pueblo”. 

El obispo explicó que diácono quiere decir servidor a semejanza de Jesucristo que “no vino a ser servido sino a servir y a dar la vida en rescate de muchos” y recordó que, desde los primeros tiempos, la Iglesia instituyó de modo estable a diáconos-servidores para promover esta dimensión esencial de la vida cristiana: el servicio. Y un servicio particularmente orientado a los pobres de las comunidades”.

Retomando la lectura del libro de los Hechos de los apóstoles, monseñor Braida trajo como ejemplo a Felipe y dijo: “El pertenecía al grupo de los ‘helenistas’ que, en las primeras comunidades cristianas, vivían en situación de cierta marginación y las personas más pobres de entre ellos no eran bien atendidos. Ante esta clara situación de conflicto en la comunidad, guiados por el Espíritu Santo, los apóstoles instauran un nuevo ministerio de servicio imponiendo las manos a siete hombres miembros de ese mismo grupo para que se ocuparan de los más pobres. Entre ellos estaba Felipe que luego, en tiempo de persecución, va a evangelizar a Samaría donde muchos aceptan la fe en Jesucristo”. 

Y agregó el obispo: “Luego el Espíritu Santo lo conduce al encuentro de un extranjero etíope que volvía de peregrinar a Jerusalén. El Espíritu le pide que se acerque a él y camine junto a él. Y, estando cerca, a su lado, comprobó su necesidad y el deseo de Dios que había en él. Este hecho nos recuerda lo que el mismo Jesús hizo con los discípulos de Emaús cuando caminó con ellos y los condujo a la experiencia de encuentro con el Resucitado”.

De ahí que monseñor Braida aconsejó al flamante diácono que “es en la vida cotidiana donde tenemos que descubrir los signos de los tiempos para anunciar a Cristo buscando responder a los desafíos propios de este tiempo. Para ello es indispensable una actitud de permanente cercanía con la gente, para conocer sus búsquedas, necesidades, sufrimientos, alegrías y esperanzas”. 

“Como Felipe -añadió- hay que estar cerca de quien necesita una palabra, un gesto o una obra que le manifieste con claridad el amor incondicional de Dios. Cercanía personal y, a la vez, comunitaria. Tenemos que ver con claridad la realidad que vive nuestro pueblo, especialmente los más pobres. Cultivar una actitud de clara cercanía a ellos es fundamental”, afirmó el obispo de La Rioja.

Por último, el obispo agradeció a la familia de Alexis “por la generosidad en dar a uno de sus hijos para el servicio de la Iglesia. A su madre y hermana especialmente. Agradecer a las comunidades que lo fueron acompañando en toda su vida y en la formación cristiana y vocacional; a los sacerdotes que te acompañaron más de cerca, a los religiosos y religiosas y a tantos laicos que con su testimonio y palabras, fueron y son referencia en tu camino formativo”.+