Una nueva religiosa Carmelita Misionera Teresiana para la diócesis de Goya

  • 20 de octubre, 2022
  • Goya (Corrientes) (AICA)
La hermana Elizabeth Ndinda Musuvi, nacida en Kenia, África, realizó la profesión de votos perpetuos durante una misa que celebró el obispo diocesano, monseñor Adolfo Ramón Canecín.

El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, presidió el 19 de octubre, en el Instituto Santa Teresa de Jesús, la celebración eucarística en la que hermana Elizabeth Ndinda Musuvi, de la congregación de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas, profesó sus votos perpetuos. 

La misa fue concelebrada por el presbítero Juan Carlos López, vicario general de la diócesis y por los presbíteros Tomás von Schulz, Alfredo Reyna, Ariel Giménez, Daniel Alarcon Sotelo y el padre Alfredo Reyna CSSR.

Participó una nutrida delegación de hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas que residen en diferentes comunidades de la Argentina.

En la homilía, monseñor Canecin, señaló: “Estuve rezando mucho por la hermana Elizabeth, por su condición de persona, mujer y consagrada, que hoy le tocó dar este paso tan lejos de sus afectos humanos”, en referencia a que la religiosa arribó hace un tiempo a la Argentina desde Kenia, su país natal.

El prelado expresó que la hermana Elizabeth Musuvi “escuchó al Señor primero en su tierra, en su pueblo, familia y en su lengua. Aprendió a responder desde su cultura y fue madurando en el discernimiento”. “Por seguir esta voz, ella fue recorriendo diferentes lugares, hasta llegar a Goya, para aportarnos su presencia humilde, sencilla y siempre sonriente. Siempre alegre y discreta”, continuó.

Asimismo, el obispo de Goya dijo que cuando una persona se consagra es “una proclamación de que Dios existe y que Dios está vivo”. “Si Dios no existiera, ¿Qué le mueve a una mujer a andar los caminos que está recorriendo?”, planteo el obispo, al tiempo que manifestó que “esto es un grito a la existencia al Dios vivo”.

Por otra parte, destaco que la congregación de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas está integrada por religiosas de distintas culturas y es admirable la realidad porque hoy “no podemos tratarnos como hermanos los que estamos bajo un mismo techo”. “Existen grietas profundas”, agregó.

Finalmente, destacó que “estas hermanas son un grito profético de anuncio para el que tiene la capacidad de ver, escuchar, sentir y discernir”.

Por su parte, la hermana Alcira Blanco, oriunda de Goya, brindó un breve mensaje desde el carisma de la congregación que fundó el beato Francisco Palau y en esa línea subrayó: “Tenemos la espiritualidad muy fuerte de la comunión y la hermana Elizabeth hizo comunión en varios lugares, desde su tierra natal hasta llegar a Goya”. En ese sentido, Blanco agradeció “la flexibilidad de su persona”.

Seguidamente, expresó que el carisma es “tan rico que muestra las heridas que hay en el mundo y nosotros tenemos que restaurar esas heridas”. También entregaron un mensaje el vicario general de la diócesis, presbítero Juan Carlos López y la hermana Teresa Castilla, superiora de la comunidad en Goya.

La hermana Elizabet Musuvi, relató que nació en Kenia, África, en una familia católica y anglicana, y que desde su infancia “algo tenía dentro” y sentía el llamado a “servir a los demás, pero, muchas veces no sabía cómo hacerlo”, reconoció.

"Pero un día me encontré con una religiosa, cuando ya estaba terminando los estudios secundarios. Fue ella quien me explicó cómo es la vida religiosa y, desde ese momento comencé mi camino de discernimiento vocacional en mi país de origen”.

Comentó que primero comenzó a formarse en un monasterio de monjas carmelitas durante nueve años y después cambió su “rumbo vocacional” y se inclinó por la congregación de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas, cuyo primer destino fue España, donde continuó su formación durante tres años y desde allí “mi destino fue esta querida tierra Argentina”.

“Hoy después de un gran tiempo de discernimiento, doy gracias a Dios porque puedo pronunciar mi sí para siempre al servicio de la Iglesia”, manifestó, al tiempo que reconoció que “no es un camino fácil, pero el Señor siempre me da la gracia para superar todo. Lo importante es confiar siempre en el Señor”.+