Mons. Ojea: hay que usar la astucia y la creatividad para hacer el bien

  • 18 de septiembre, 2022
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de San Isidro exhortó a usarlas para "luchar por la dignidad de la persona, crear horizontes de esperanza, ser artesanos de la justicia", y advirtió sobre la "droga" de la corrupción.

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, reflexionó sobre el evangelio dominical referido al administrador infiel y al que definió como “una historia de corrupción”. 

“La corrupción va entrando lentamente; tal vez este administrador empezó robando de a poquito, después se fue llevando más y gradualmente fue contagiando a otros o creando una cadena de corrupción y haciendo entrar a otros en esta cadena; como lo vemos hace entrar a sus acreedores”.

“Hay una diferencia entre el pecado y la corrupción. Del pecado me arrepiento, del pecado puedo volver. La corrupción es como la droga, va entrando, creemos que no es nada y poco a poco invade todo y no se puede salir; queda todo como podrido. Por eso es como un callo difícil de sacar”, sostuvo, y recordó que “el Santo Padre, cuando habla de corrupción lo diferencia del pecado”.

El prelado sanisidrense puso el acento en “la astucia” del administrador infiel, detallando: “Sí pudiéramos emplear para el bien toda la astucia de este hombre, la habilidad: ‘sean astutos como serpientes; prudentes como palomas’, dice el Señor”.

“Esa astucia para hacer el bien, esa creatividad para luchar por la dignidad de la persona, para crear horizontes de esperanza, para ser artesano de la justicia; para eso se necesita ser creativos y para ser creativos necesitamos poner el corazón en un solo Señor”. 

“No se puede servir a dos señores, no se puede servir a Dios y al dinero”, advirtió, y citó al profeta Elías: “Ustedes no pueden renguear de las dos piernas”. 

El obispo consideró que “hay que optar, hay que elegir porque el dinero no puede ser la medida de todas las cosas y es un engaño tan grande es creer la neutralidad del dinero; el dinero es bueno porque sí… el dinero es bueno si sirve y el dinero es malo si nos gobierna, si nos dejamos gobernar por el dinero”.

“¿Cuál es el valor del ser humano? ¿Se puede medir con números el valor de una vida humana?”

Hacia el final de su reflexión, monseñor Ojea aseguró: “Esto supone un cambio tremendo que nos trae el Evangelio; si no entendemos esto es muy difícil entender el Evangelio. El amor al dinero como un ídolo es un obstáculo absoluto para poder entender el Reino y cuando tenemos el corazón puesto allí, y podremos acomodarnos, podremos encontrar alguna manera de entender el Evangelio, pero jamás lo podremos vivir a fondo”.

“Pidámosle al Señor que nos ilumine para entender esta opción profunda delante de la cual nos colocan las palabras del Evangelio de hoy”.+