Encuentro de la Vida Consagrada en Cruz del Eje
- 13 de septiembre, 2022
- Cruz del Eje (Córdoba) (AICA)
Se reflexionó sobre la riqueza espiritual de la vida religiosa. El obispo, monseñor Hugo Ricardo Araya, animó a religiosos y religiosas a soñar con una Iglesia "más humilde y cercana a los olvidados".
En el marco del día de la Vida Consagrada que se celebró el día 8 de septiembre, la diócesis de Cruz del Eje realizó el sábado 10 de septiembre un encuentro que reunió a consagrados y consagradas de la diócesis para compartir una jornada de reflexión sobre la vida religiosa. Allí también participó el obispo, monseñor Hugo Ricardo Araya, quien luego celebró la Eucaristía en la catedral Nuestra Señora del Carmen.
Los religiosos y las religiosas que participaron manifestaron que “nuestra diócesis tiene la gracia de contar con una variedad de vida religiosa que va desde monjes a educadoras, de ermitañas a enfermeras en un hogar de ancianos, de comunidades fundadas hace dos décadas a congregaciones de hace cinco siglos. Esta diversidad enriquece, no solo a las localidades en donde están insertos, sino a toda la iglesia diocesana”.
Durante la misa, monseñor Araya se refirió en su homilía al carácter profético de la vocación religiosa “en esta tierra y en este tiempo”. “Poder anticipar con la vida, lo que esperamos para todos algún día”, señaló.
Asimismo, el prelado animó a los religiosos y religiosas “a soñar con la Iglesia que queremos ser en el futuro, más humilde y cercana a los más olvidados. Somos de Dios, y por eso nos acercamos profundamente a los hermanos con esta capacidad de ser una profecía, es decir vivir auténticamente los valores del Reino que esperamos que se planifiquen más allá de la historia”.
El obispo los exhortó también a la cercanía con la cultura del pueblo, que brota de la cercanía a las personas. “El Espíritu Santo ha llegado antes que nosotros a todas las formas culturales que podamos imaginar. No podemos despreciar ni invisibilizar las tradiciones, las costumbres y los modos de vivir la fe de nuestro pueblo. Una fe que no se incultura no es una fe auténtica, es una evasión”.
En esa sintonía, subrayó que “una fe que no se encarna, es decir, que no sigue el camino del plan salvífico de Dios es idea. Toda persona, y por ende toda cultura, es un lugar sagrado para nosotros”.
Finalmente, monseñor Araya recordó que “si queremos evangelizar la cultura debemos inculturar la fe, acercarnos a la cultura de nuestra gente con respeto, entrar en el corazón del otro con los pies descalzos”.
Luego de la misa, se compartió un almuerzo entre todos los que participaron del encuentro.+