Mons. Lozano: "La Independencia que nos debemos"
- 10 de julio, 2022
- San Juan (AICA)
El arzobispo llamó a asumir "el compromiso que hace falta en esta hora" en la que el país afronta "una situación crítica en lo económico, que es manifestación también de la debilidad institucional".
Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), afirmó que la celebración de un nuevo aniversario de la Independencia se da “en medio de una situación crítica en lo económico, que es manifestación también de la debilidad institucional”.
“El crecimiento de la pobreza e indigencia cubren de nubarrones el cielo patrio. Para muchas familias la angustia va ganando espacio, llegando a la desesperación”, advirtió, y agregó: “La situación nos enfrenta con nuestras fragilidades. En los barrios pobres, el hacinamiento agrava la precariedad de estas semanas y meses. Para muchos este escenario trajo la pérdida del trabajo y el desaliento para seguir buscando”.
Al reflexionar sobre la dimensión existencial, el arzobispo sanjuanino planteó: “La vivencia depende de cómo se encuentra cada uno, su entorno más cercano, la familia, los amigos, el barrio. Incluso la fe se pone a prueba y oscila del intimismo al escepticismo”.
Tras recordar que ayer, sábado 9 de julio, se celebró un nuevo aniversario de la Independencia”, afirmó que “el Congreso reunido en Tucumán en 1816 fue el resultado de un proceso de maduración para completar y dar un sentido Federal a lo iniciado en mayo de 1810”.
“Veintinueve diputados firmaron el Acta de la Independencia, dieciocho laicos y once sacerdotes. Entre ellos tuvo un papel destacado Fray Justo Santa María de Oro, diputado de San Juan, quien años después sería nuestro primer obispo diocesano”, destacó.
“Ellos querían una nación libre de cualquier poder extranjero. Sus sueños trascendían los límites de nuestro territorio para buscar la liberación de todo el continente. En este camino los alentaron San Martín y Belgrano. Un anhelo que durante estos más de 200 años se ha cumplido de modo intermitente, quedando algunos lugares del continente ausentes en la construcción de la Patria Grande”, reconoció.
Monseñor Lozano expresó que releyendo la exhortación apostólica Querida Amazonia, pudo constatar que algunas de las advertencias que hace del papa Francisco: “La presencia de algunas colonizaciones nuevas. Operan ‘actores económicos que implementan un modelo ajeno a nuestro territorio’. Con prepotencia, se apropian de espacios geográficos expulsando a quienes los habitan hace siglos. En estos atropellos se conjugan poderes locales y foráneos: ‘la disparidad de poder es enorme, los débiles no tienen recursos para defenderse, mientras que el ganador sigue llevándoselo todo’. Para lograrlo utilizan el soborno, títulos de propiedad fraudulentos, violencia”.
Monseñor Lozano consideró que el hecho de que estas situaciones se repitan no quiere decir que se naturalicen, e insistió en recordar que, en este contexto, “la Iglesia está llamada a escuchar el clamor de la tierra y de los pobres”.
“La pandemia desnudó con dramatismo inusitado las graves inequidades entre países y dentro de cada uno de ellos. La Argentina no es excepción”, reconoció, y esbozó una eventual salida citando nuevamente al Papa: “Nadie se salva solo. Dios nos hizo a todos de la misma tierra. Tenemos un origen común. La vida del Planeta es don de Dios. La salvación que nos obtuvo Cristo con su muerte y resurrección tiene un valor Universal que abarca a toda la creación”.
“Como leemos en el Nuevo Testamento, ‘nosotros, de acuerdo con la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia’. Desde nuestra fe cantamos ‘no es posible morirse de hambre en la patria bendita del pan’. Asumamos el compromiso que hace falta en esta hora”.+