Todo listo en Sevilla para la beatificación de los 27 mártires dominicos
- 16 de junio, 2022
- Sevilla (España) (AICA)
El sábado 18 de junio, a las 11 (hora de España), en la Catedral de Sevilla, el cardenal Semeraro presidirá la beatificación de los 27 mártires dominicos de la persecución religiosa en España.
El cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presidirá el sábado 18 de junio, a las 11 (hora de España), en la catedral de Sevilla, la beatificación de los 27 dominicos mártires de la persecución religiosa en España en el siglo XX.
Concelebrarán con el cardenal Semeraro, el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz y el maestro general de la Orden de Predicadores, fray Gerard Timoner OP.
Veinte de los 27 mártires dominicos que serán beatificados este 18 de junio en Sevilla eran sacerdotes, estudiantes, novicios y hermanos del convento de Almagro. Los otros 5 en Almería. Además se beatificará a un laico dominico, reconocido periodista, que sufrió el martirio en Almería, y una monja dominica de Huéscar, que se convierte en la segunda monja dominica española en ser beatificada en toda la historia de la Orden.
La beatificación fue aprobada por el papa Francisco en diciembre de 2019 y a causa de la pandemia se retrasó hasta mediados del presente año. Los 27 dominicos fueron asesinados a causa de su fe, entre el verano del año 1936 y comienzos de 1937.
La Orden de Predicadores (Dominicos) tiene más de 800 años de historia, con alrededor de 300 miembros beatificados, a los que se sumarán estos 27 mártires y que, según precisan en un comunicado “son un modelo de vida para los católicos, signos de amor, de perdón y de paz”.
Su historia
A principios de julio de 1936, la mitad de los miembros de la comunidad de Almagro, se habían marchado para pasar vacaciones en otros conventos. En el convento quedaron varios estudiantes, hermanos cooperadores y padres.
El 21 de julio, tres días después del inicio de la guerra, varios miembros del Ateneo Libertarlo incendiaron la Iglesia Madre de Dios, lo cual pueden observar desde el convento los frailes. Varios de ellos acuden a tratar de apagarlo, pero los exaltados los echan de allí con desprecio.
El 30 de julio el alcalde comienza a expedirles salvoconductos para que, paulatina e inadvertidamente, fueran desalojando el pueblo. Pero los del Ateneo no se cruzaron de brazos. En el mismo tren que llevaba con destino a Ciudad Real a los tres primeros "liberados" subieron también unos jóvenes afiliados al Ateneo Libertario que, en la estación de Miguelturra, llamaron la atención de los milicianos de guardia sobre la sospechosa expedición. Los bajaronn, los sittuaron entre las vías a conveniente distancia para el tiro, y los mataron despiadadamente.
Una escena parecida se repitió, casi con pelos y señales, en la estación de Manzanares (Ciudad Real). Fueron detenidos por uno de los factores ferroviarios de Madrid, en Manzanares, en un tren procedente de Almagro el 3 de agosto de 1936. Cinco días después fueron conducidos a las tapias del cementerio y fusilados. Familiares que recogieron tempranamente datos añadieron una nota de brutal ensañamiento para con ellos, al afirmar que "fueron castrados por una mujer".
"En el ánimo de todos se encontraba la idea de que se estaba desatando una persecución terrible contra sacerdotes y religiosos", explican los dominicos en su página web.
En el caso de Almería, los frailes sufrieron una despiadada persecución a partir de finales de julio de 1936, en que la comunidad se vio obligada a abandonar el convento. Los frailes se dispersaron y estuvieron refugiados en casas de familias que en ocasiones también sufrieron persecución. A lo largo de las siguientes semanas fueron detenidos, algunos llevados a comisaría donde fueron torturados, otros estuvieron presos en el barco “Astoy-Mendi” o el “Segarra”. A lo largo del mes de septiembre, tres de ellos fueron fusilados en La Lagarta o Pozos de Tabernas (Almería) y dos fueron fusilados en las tapias del cementerio de Almería.
Periodista de la fe
En esta causa merece una atención especial el laico dominico Fructuoso Pérez, reconocido periodista católico, que amaba a la Orden a la que pertenecía, junto el resto de su familia. Fue detenido en su domicilio el 26 de julio de 1936, lo llevaron a la comisaría y de allí a la prisión improvisada en el convento de las religiosas Adoratrices. El 3 de agosto lo trasladaron al barco “Segarra”, hasta el 15. Lo ejecutaron en la madrugada de dicho día en la playa la Garrofa, cerca de Almería. Arrojaron el cadáver al mar, con los de otros fusilados. Devueltos tiempos después por el oleaje, los enterraron en la misma playa. Después de la guerra trasladaron los restos de todos, sin identificar, al cementerio de Almería.
Persecución en Huéscar
A las pocas semanas de empezar en conflicto armado en España, las 14 monjas dominicas se vieron obligadas a abandonar su monasterio Madre de Dios y se escondieron en casas de familiares y personas caritativas.
La persecución se recrudeció en Huéscar a principios de febrero de 1937. Sor Asunción fue apresada el 16 de febrero, próxima a cumplir 76 años. En los calabozos del ayuntamiento sus perseguidores se empeñaron en «oírla blasfemar». No lo consiguieron, y ella respondía con oraciones breves. La apalearon y golpearon, dejándola magullada. Al día siguiente le ordenaron que se subiera a un camión, pero ella no tenía fuerzas para levantarse, así que cargaron con ella hasta el vehículo, donde había otros presos.
Llegaron a las puertas del cementerio, fueron bajando a los presos y los fusilaron ante la religiosa. Ella vio, por ejemplo, cómo fusilaban a su sobrino Florencio. Le volvieron a insistir que blasfemara, pero ella se negó. Finalmente colocaron su cabeza sobre una piedra y con otra piedra le machacaron el cráneo.+