Coordinación de Tierra Santa: "Jerusalén no debe ser monopolio exclusivo de una sola religión"
- 27 de mayo, 2022
- Jerusalén (Tierra Santa) (AICA)
Declaración final de los obispos de la Coordinación de Tierra Santa, sobre la visita de solidaridad a las comunidades cristianas locales del 21 al 26 de mayo.
“Jerusalén es una ciudad judía, cristiana y musulmana. Debe seguir siendo un patrimonio común y nunca debe convertirse en el monopolio exclusivo de una sola religión”, declaran el grupo de obispos europeos de la Coordinación de Tierra Santa (HLC por sus siglas en inglés) en la declaración de clausura de su visita solidaria anual a Tierra Santa, que tuvo lugar del 21 al 26 de mayo.
En su visita los obispos se solidarizaron con las comunidades cristianas locales y expresaron su apoyo a través de las cuatro premisas: oración, peregrinación, presión y presencia.
La celebración de la misa con los fieles es siempre un aspecto importante de la Coordinación. Cinco días de encuentros con las comunidades cristianas locales de Jifna, Beit Hanina, Ramallah, Birzeit y Jerusalén, con el patriarca latino Pierbattista Pizzaballa, con el padre Dobromir Jasztal OFM, vicario de la Custodia de Tierra Santa, con monseñor Tomasz Grysa, jefe adjunto de misión de la nunciatura apostólica y con representantes de otras instituciones católicas de la Ciudad Santa.
Durante estos encuentros surgieron muchos de los temas que emergen en el documento final, como el papel y la importancia de los cristianos en Jerusalén, sus dificultades de vida, el futuro de los jóvenes, las condiciones de los solicitantes de asilo y los trabajadores migrantes y el anhelo de que la Ciudad Santa pueda convertirse un día en la Capital "de dos Estados". La declaración lleva la firma del presidente de la HLC, monseñor Declan Lang (Inglaterra y Gales) y de los obispos Udo Bentz (Alemania); Peter Bürcher (Nórdica y Suiza); Nicholas Hudson (Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea); Alan McGuckian (Irlanda); y William Nolan (Escocia).
Citando las palabras del patriarca Pizzaballa, según quien "es nuestro derecho y deber como cristianos apoyar la apertura y la universalidad de la ciudad", los obispos del HLC recuerdan que "la comunidad cristiana es esencial para la identidad de Jerusalén, tanto ahora y en el futuro” pero que “su presencia continua está amenazada por la ocupación y la injusticia”.
“Muchos de los que conocimos –dice declaración final- enfrentan violencia e intimidación por parte de grupos de colonos, restricciones a su libertad de movimiento o separación de sus familias debido a su estatus asignado”.
Los obispos expresan también "la preocupación" manifestada por la comunidad cristiana en los encuentros celebrados, "por las restricciones unilaterales a la libertad de culto durante la Semana Santa, impuestas por la policía israelí".
Los obispos de la coordinación también recuerdan "el asesinato de la periodista católica palestina" Shireen Abu Akleh y "el profundo dolor y la ira de los cristianos locales" por esta muerte y "el vergonzoso ataque a los participantes en su funeral". Entre los diversos temas críticos destacados en el texto también está la denuncia de las "condiciones de pobreza" en las que se ven obligadas a vivir "personas de todos los orígenes" también a causa de la pandemia.
Otro punto del texto se refiere a los peregrinos: “La ausencia de peregrinos en los dos últimos años devastó los medios de subsistencia, incluso de la comunidad cristiana de Jerusalén, dejando a algunas familias en dificultades para costearse el alojamiento, la comida u otros bienes de primera necesidad”. Sin embargo, “en medio de estos desafíos, hay signos de esperanza”, destacan los prelados europeos.
“Visitamos organizaciones cristianas que se responsabilizan del bienestar de su comunidad y de la sociedad en general. Trabajan incansablemente para aliviar las dificultades y mejorar vidas. Nos encontramos con jóvenes que, a pesar de las violaciones diarias de sus derechos humanos fundamentales, se niegan a ser la última generación de cristianos en la ciudad”. La declaración se cierra con un llamamiento a los peregrinos para que regresen a Tierra Santa: “Es esencial que todos los peregrinos comprendan y se comprometan con la realidad de la vida de la comunidad cristiana local”.
Y subrayan: “Una verdadera peregrinación a Tierra Santa debe ser un camino de fe, de encuentro y de solidaridad. El papa Francisco afirma el valor universal de Jerusalén, que va más allá de cualquier consideración de carácter territorial. Inspirados en Cristo, nuestra paz, todos los cristianos deben contribuir a preservar el carácter sagrado de la ciudad y a promover una visión auténtica de Jerusalén como lugar de diálogo y unidad”.
La Coordinación de Tierra Santa (HLC) , compuesta por obispos de toda Europa, América del Norte y Sudáfrica, se estableció a finales del siglo XX por invitación de la Santa Sede. El objetivo es visitar y apoyar a las comunidades cristianas locales de Tierra Santa. La tarea principal de la Coordinación radica en las cuatro P: “Oración, peregrinación, presión y presencia”. Este año la visita se realizó en mayo, en lugar de enero como es habitual, debido a la pandemia. La edición 2023 del HLC se llevará a cabo el próximo enero en Jordania.+