Acción Católica: Trabajar juntos por una Nación más justa, inclusiva, fraterna y solidaria
- 25 de mayo, 2022
- Buenos Aires (AICA)
En un mensaje por el 25 de Mayo, la institución laical exhortó a buscar caminos para una economía más humana y marcó los desafíos aún pendientes para construir una patria de hermanos.
En nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, la Acción Católica Argentina invitó "a hacer memoria del pasado y mirar el presente”.
“Mayo es la expresión de lo soñado y lo realizado, que hoy nos interpela a superar la pobreza estructural en una Argentina que duele, en el 50% de los hermanos y hermanas que la viven todos los días en sus vidas, en el 64% de la infancia en situación de vulnerabilidad y en el 72,9% de trabajadores marginales. Mayo nos enfrenta al enorme desafió de promover el desarrollo integral para que a nadie le falte techo, tierra y trabajo”, puntualizó en un mensaje por la fecha patria.
La institución laical sostuvo que “Mayo es la invitación a ‘ponernos la Patria al hombro’, para hacer posible vivir con dignidad, para mancomunar esfuerzos por el bien común, construir la amistad social, implorar la paz sobre esta tierra y sobre el mundo entero”.
“Que esta festividad cívica nos renueve en el compromiso de involucrarnos, con coraje evangélico, en la construcción de una Nación, justa, fraterna y solidaria”, concluyó.
Texto del mensaje
Un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo nos invita a hacer memoria del pasado y mirar el presente. Memoria de aquellas personas que asumieron en coordenadas históricas, el compromiso de construir una nación libre y soberana, en un continente joven. Presente para mirar nuestra Nación hoy, poblada de enormes desafíos y no pocos desencuentros, en un continente que clama por la desigualdad en sus pueblos, en un mundo ensordecido por el ruido de tantas guerras.
Mayo es la expresión de lo soñado y lo realizado, que hoy nos interpela a superar la pobreza estructural en una Argentina que duele, en el 50% de los hermanos y hermanas que la viven todos los días en sus vidas, en el 64% de la infancia en situación de vulnerabilidad y en el 72,9% de trabajadores marginales. Mayo nos enfrenta al enorme desafió de promover el desarrollo integral para que a nadie le falte techo, tierra y trabajo.
Mayo es responsabilidad de buscar caminos posibles para una economía más humana, con reglas de juego donde la centralidad esté puesta al servicio de lo humano, donde los resultados lleguen a todos y no sólo enriquezcan a algunos.
Mayo es expresión, también, de la posibilidad de gestar encuentros, más allá del deporte nacional que nos empuja a “la soberbia del internismo faccioso” “en el cual, en vez de enriquecernos con la confrontación de las diferencias, la regla de oro consiste en destruir implacablemente hasta lo mejor de las propuestas y logros de los oponentes”. Mayo reclama de nosotros la posibilidad de hacer, juntos, una patria de hermanas y hermanos.
Mayo es la oportunidad de valorar la ley “condición infranqueable de la justicia, de la solidaridad y de la política” que “nos cuida de no caer en la tentación de la violencia, del caos, del revanchismo”. Ley que rige las relaciones recíprocas y pone límites a los errores y las faltas, al abuso y la corrupción.
Mayo es signo de romper las cadenas que atan a las generaciones jóvenes dejándolas desamparadas ante el narcotráfico y el crecimiento de las adicciones, ante el flagelo de la trata y a la orquestada banalización de la cultura atacando permanentemente los valores y arrojándolos al sin sentido de la vida. Es oportunidad para mirar de frente a nuestros ancianos y devolverle la esperanza de un presente digno.
Mayo es exigencia de respeto e inclusión ante el grito de no más violencia contra las mujeres, ni abusos, ni crímenes, no más trabajo infantil, no más discriminación. Es exigencia de integración de nuestros hermanos y hermanas con discapacidad. Es reclamo de convivencia entre quienes creen y piensan de modo diferente.
Mayo es la invitación a “ponernos la Patria al hombro”, para hacer posible vivir con dignidad, para mancomunar esfuerzos por el bien común, construir la amistad social, implorar la paz sobre esta tierra y sobre el mundo entero. Que esta festividad cívica nos renueve en el compromiso de involucrarnos, con coraje evangélico, en la construcción de una Nación, justa, fraterna y solidaria.
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