Mons. Colombo: "Que el Señor nos haga percibir la dimensión vocacional de toda vida"
- 10 de mayo, 2022
- Mendoza (AICA)
El arzobispo de Mendoza invitó a responder con un sí generoso al llamado de Dios y a rezar por los hermanos, especialmente los jóvenes que "están indecisos en una respuesta vocacional profunda".
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió la Eucaristía dominical desde la parroquia Cristo Rey, de la localidad mendocina de Guaymallén, donde recordó que la Palabra de Dios invita a reflexionar sobre la Iglesia de los primeros tiempos, sobre el Libro del Apocalipsis y el Evangelio del Buen Pastor.
En la homilía, explicó que se acercó a este templo parroquial, junto con el Seminario arquidiocesano, los formadores y los seminaristas, para rezar junto a esta comunidad por el misterio de la vocación y para que “el Señor nos haga percibir la dimensión vocacional de toda vida. Cada uno de nosotros ha sido llamado, cada uno de nosotros tiene en su corazón una invitación de Dios para desarrollar en su vida esa misión”.
“Cuando celebramos la fiesta de Jesús Buen Pastor, todos nos sentimos parte de su rebaño; pero también sentimos que tenemos que hacer algo para que ese rebaño, junto a su pastor, permanezca unido y para que otros se integren a él”, subrayó.
“Por eso descubrir la propia vocación, la vida familiar en el matrimonio, la vida sacerdotal o la vida consagrada, forma parte de nuestro seguimiento de Jesús. Que podamos responder con un sí generoso, que podamos rezar por nuestros hermanos, especialmente los jóvenes que están indecisos en una respuesta vocacional profunda; y que podamos también ser nosotros testigos del amor grande de Dios, viviendo nuestro ideal vocacional con entrega, con alegría y con esperanza”, agregó.
Monseñor Colombo destacó que la Iglesia celebra a Nuestra Señora de Luján, patrona de todos los argentinos, y entonces también la mirada de nuestro corazón a Ella, para que como comunidad en la Argentina “nos sintamos fuertemente unidos, que podamos estrecharnos y superar esas divisiones que agobian el corazón, sobre todo, de los más pobres”.
“Por eso en contemplación de la Virgen de Luján pongamos a todos nuestros seres queridos, bajo su protección de madre buena, de maestra y de consejera”, concluyó.+