Mons. Colombo invita a vivir la Cuaresma "mirando a lo alto"
- 16 de marzo, 2022
- Mendoza (AICA)
El arzobispo de Mendoza afirma que, al contrario del título de una película, la invitación es a dirigir la mirada en esa dirección "sin perder la realidad que nos confronta con desafíos exigentes".
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió la misa del segundo domingo de Cuaresma en la parroquia Nuestra Señora de Monserrat, de la localidad mendocina de Godoy Cruz, donde señaló que, contrariamente al título de una película de moda por estos días, la Palabra de Dios sugiere “precisamente mirar a lo alto, porque mirando a lo alto nos encontramos como Abraham con la invitación a la fecundidad y a un nuevo tiempo en una nueva tierra”.
“Mirando a lo alto los apóstoles se encuentran con la plenitud de la Revelación: Cristo, que junto a Elías y Moisés dialogan mientras ellos descubren el sentido último de esta presencia, la voz del Padre les dirá: ‘éste es mi Hijo muy amado, escúchenlo”, explicó en la homilía.
“Mirar a lo alto. A veces estamos muy pegados a nuestra realidad, a la cotidianeidad; muchas veces estamos aferrados a cierto pesimismo, las noticias nos desvelan, las preocupaciones nos atrapan y estamos también tentados de imaginarnos sin futuro, sin historia, sin Dios”, y agregó: “En cambio, el Dios de la historia, el Dios de la vida, de los hombres, nos invita a confiar y a creer en Él”.
Tras detallar el pasaje bíblico de Abraham y el Evangelio llamado de la Transfiguración del Señor, afirmó que el recorrido de la Cuaresma es el de “abrazar la cruz de Cristo como nos pide la segunda lectura; pero sobre todo es el tiempo para escuchar a Cristo, el amado de Dios, su Hijo querido, que es nuestro hermano y salvador”.
Monseñor Colombo destacó que “entre los anhelos que nutren nuestro corazón y la invitación de Dios a emprender la marcha con Él, podemos tener confianza en que nuestra Cuaresma será, de verdad, un tiempo muy fecundo” e invitó a vivirla “mirando a lo alto sin perder de vista la realidad que nos confronta con desafíos exigentes, en los que estamos llamados a hacer presente a Dios”.+